Basura acumulada en unos contenedores de Formentera, en una imagen de archivo.

Hará cosa de un mes, conversando con un vecino de la isla, me comentó que Es Pujols era un pueblo sin ley. Y la verdad, no hice caso. Como ya se sabe, en todos sitios se cuecen habas. Pero sus palabras volvieron a mí después de asistir a una reunión de vecinos de esa zona. Tengo que decir qué por motivos de trabajo, llevaba varios veranos sin pasear por sus calles y la cantidad de quejas que escuché de ellos me dejó atónito. No hubiera podido imaginar que hubiera tanta dejadez por parte de los responsables públicos.

Muchas de las quejas vecinales habían sido puestas en conocimiento de la administración sin éxito alguno. Quejas de las más dispares fueron aflorando a lo largo de la velada hasta que forzosamente se le dio fin, porque de no ser así hubiera podido durar algunas horas más.

Nuestro núcleo turístico por excelencia,tiene una limpieza casi nula y con la ayuda, además, de algún incivilizado, reboza basura por los cuatro costados. Contenedores rodeados y repletos de basura son el día a día, incluso uno de ellos se ha hecho famoso entre los vecinos, por llevar meses sin ser vaciado, porque un cartel publicitario lo impide. Olor a basura, olor a aguas residuales y la playa cerrada por un vertido de aguas fecales sin saber demasiado bien su procedencia. Menudo panorama para nuestros turistas. En este punto se me escapa una amarga sonrisa al pensar que buscamos turismo de calidad, que ironía.

Siendo tan grave el problema de la basura ¿Cómo es que nadie pensó que se tenía que renovar y actualizar la contrata? Es algo que nadie consigue comprender. Tal vez la basura ha pasado a formar parte del entorno y los políticos al verla no perciben nada raro.

En fin, dejaré el tema de la basura que lleva mucha tela, para poder añadir otros temas de interés ya que la crítica y la presión serán las únicas que consigan una mayor implicación por parte de la administración
o por lo menos eso nos gustaría. Comentaré que la visión global del núcleo es decepcionante a los ojos de cualquiera. Ciertas reformas en calles sin ser consensuadas con los vecinos, no realzan y les dan el atractivo que se merecen. Lejos de eso vemos errores como el de la calle de Punta Prima, que queda completamente inundad cada vez que llueve, lo mismo que los negocios.

Las obras de embellecimiento no parecen serlo ni en Es Pujols ni en cualquier otro núcleo de la isla y así coincidieron los asistentes a la velada. Falta de iluminación y sobre todo en la calle Xaloc que también carece de contenedores. En algunos puntos de las aceras los viandantes son obligados a andar por la carretera ya que estas se usan para que los alquileres puedan exponer sus motos. En un tramo inferior a cien metros la concentración de bancos sobrepasa lo normal siendo antiestético, mientras se echan de menos en el paseo de la ronda de circunvalación y en la plaza Europa. Por cierto, la plaza Europa se describió como fea e inútil. Por otro lado, una maraña de cables cubre varias fachadas, tipo años 70. Una recogida de contenedores de cristal que pone en pie a los turistas a media noche, tampoco parecía gustar. Falta de control de plagas en zonas públicas. Incumplimiento de la normativa musical. La sustitución de la pared de piedra que separaba el paseo de la playa por otra forrada de baldosa, clarísimo ejemplo de que los políticos hacen suya esa frase que se les atribuía a los curas que dice «haz lo que yo diga , pero no hagas lo que yo hago».

En fin, como decía mi amigo, es un pueblo sin ley y abandonado a la suerte de Dios.