Siendo el objetivo permanente de Pedro Sánchez la conservación del poder, a costa de lo que sea la estrepitosa derrota sufrida por el PSOE el domingo, que apareja una gran pérdida de poder institucional -ayuntamientos, comunidades autónomas, diputaciones- parece que ha trastornado su percepción de la realidad.

La convocatoria anticipada de elecciones está siendo analizada en todos los ámbitos como una huida hacia adelante. Al promover una reunión con los diputados y senadores socialistas aceptando que le aplaudieran durante más de dos minutos pese a ser el responsable del batacazo sufrido por el partido fue la prueba definitiva de esa pérdida de contacto con la realidad. Cuantos le aplaudieron sabían que los comicios del 28 M habían sido un plebiscito que Pedro Sánchez había perdido pero ninguno se atrevió a levantar la voz porque todos ellos estaban ya en funciones y de su silencio dependía la posibilidad de formar parte de las futuras listas electorales del partido para el 23 J.