Aduriz, con la cabeza baja, se lamenta tras fallar el penalti ayer en Chapín. El error fue determinante y el Xerez tomó ó impulso en la segunda parte. | Javier Barbancho

Xerez 2

Mallorca 1

XEREZ: Renan, Redondo, Leandro, Aythami, Casado, Bergantiños, Keita, Calvo, Orellana, Momo y Bermejo.

MALLORCA: Aouate, Mattioni, Nunes, Rubén, Corrales, B.China, Martí, Julio, Castro, Webó y Aduriz.

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CAMBIOS
Víctor Sánchez por Orellana (min. 46)
Antoñito por Bergantiños (min. 46)
Abel por Momo (min. 73)
Pezzolano por Aduriz (min. 65)
Keita por Webó (min. 72)
Pina por Bruno China (min. 80)


ÀRBITRO
Undiano Mallenco, del Colegio navarro. Amonestó a Aythami, Redondo, Bruno China, Corrales.

GOLES
0-1, min. 23:Webó.
1-1, min. 51:Calvo.
2-1, min. 79:Calvo.


INCIDENCIAS
14.764 espectadores en el estadio Municipal de Chapín para presenciar el encuentro correspondiente a la vigésima jornada del campeonato nacional de Liga en Primera División.

El Mallorca se inmoló en Xerez. El colista, ese equipo al que todos le han colgado ya el cartel de descendido, aprovechó la bajada de tensión balear tras el descanso para amarrar su segundo triunfo de la temporada y hurgar en la herida abierta el pasado jueves en Getafe. Porque otra vez un penalti fallado, otra vez un error de Aduriz desde los once metros, volvió a condenar a la escuadra de Manzano tres días después. Esa pena máxima desperdiciada con 0-1 en el marcador y la bajada de brazos de la segunda mitad privó al bloque bermellón de una victoria que confirma la maldición que parece perseguir al equipo como visitante (2-1).
Manzano movió otra vez la coctelera. Apostó por introducir a Mattioni en la diestra, Corrales en el lateral izquierdo, Bruno China en el doble pivote y a Webó, recién aterrizado tras su paso por la Copa de Africa, en el ataque. Los experimentos funcionaron en un primer tiempo que demostró la abismal diferencia que existe entre el Xerez y el resto de equipos. Los de Gorosito están carentes de todo. Les falta oficio y les sobra tibieza para desfilar por la pasarela de la Liga. Pero tienen casta. Y no renuncian a la pelea, como demostraron en el segundo tiempo. El conjunto azulón lo fió todo al desborde de Carlos Calvo, que provocó varios descosidos por la zona de Corrales en el primer cuarto de hora, y marcó los dos goles tras el descanso.
El conjunto andaluz sólo generó noticias cuando Keita y Calvo se asociaron. Un par de aperturas del africano, una mala medición de Corrales y centro del extremo a nadie. El Xerez demostró su falta de veneno ante un Mallorca que se pasó el primer tramo de la tarde aguardando.
Casi por inercia, el Mallorca se había adueñado de los mandos. Webó y Bruno China probaron la fiabilidad del portero local, que respondió con solvencia. El Xerez respondió con un cabezazo de Mario Bermejo a las manos de Aouate. Entonces, apareció Castro. 'El Chori' metió una rosca de lujo que rentabilizó Pierre Webó con un cabezazo en plancha desde el punto de penalti (min. 23). El gol no alteró el guión del partido. El Xerez siguió a lo suyo con más corazón que calidad y el Mallorca se limitó a controlar con más oficio que ambición. A la media hora, el cuadro andaluz asustó de lo lindo. Una salida en falso de Aouate, extrañamente fallón durante todo el duelo, provocó un remate de Bergantiños y un despeje sobre la misma línea de Corrales, que evitó el empate.
Estaba el partido bañado en cloroformo cuando Castro frotó la lámpara. El uruguayo se fue de dos en uno de sus slaloms dentro del área en una acción de lujo que acabó en la esquina. A la salida del córner, Aythami se colgó del cuello de Aduriz y Undiano señaló el punto de cal. El guipuzcoano quiso enmendar su error de Getafe, pero lo que hizo fue multiplicarlo. Lanzó igual de mal que en el Coliseum y Renan despejó el cuero. Castro rebañó el despeje del portero, pero envió fuera. El Mallorca dejó escapar con vida al colista, que agradeció esa compasión inesperada del adversario tras el descanso.
En la segunda parte, el Xerez se transformó. Gorosito metió en la arena a Víctor Sánchez y Antoñito y el cuadro azulón borró del mapa a un Mallorca extrañamente encogido. Compareció el equipo isleño como si la victoria se diera por hecho. Sin tesón, sin ganas, sin concentración y con un puñado de futbolistas desaparecidos. No dio señales de vida Julio Alvarez. Ni Martí. Ni Bruno China, que se empeñó en despejar balones sin sentido al cielo de Xerez. Tampoco Mattioni estuvo a la altura. Así, con más ritmo y ganas que el adversario, el grupo local fue creciendo en confianza. Sobre todo tras equilibrar la batalla. Calvo recibió un balón en la frontal del área, sacó su mirilla y disparó a romper. El balón viajó en parábola hacia su destino sin que Aouate tuviera tiempo a reaccionar (min. 51). En la cabeza de los mallorquinistas, el penalti fallado por Aduriz unos minutos antes que le hubiera puesto el lazo a la tarde. El Mallorca no reaccionó al gol. Todo lo contrario. El arreón jerezano pilló a contratiempo a un equipo que no encontraba su sitio. A la hora de partido, Momo dejó en evidencia a Mattioni en su galopada, centró y Mario Bermejo, que se quedó suspendido varios segundos en el aire, cabeceó fuera a puerta vacía. Aouate, otra vez, había medido mal en su salida. Chapín acariciaba la posibilidad de ganar su segundo partido del campeonato.
Manzano retiró a Aduriz para dar entrada a Pezzolano, un cambio que agradeció el Xerez. Porque al uruguayo todavía se le espera. Minutos más tarde, viendo que las ocasiones ni llegaban ni se merecían, el técnico de Bailén se inventó otro cambio de laboratorio que sólo entendió él. Keita por Webó.
El Xerez no desesperó y Carlos Calvo volvió a reclamar los focos. El extremo diestro, ahora situado en la izquierda, midió a Mattioni en el uno contra uno y le dejó en evidencia. De fuera hacia dentro, se internó en el área, dribló al lateral brasileño y conectó un chut raso que cruzó ante Aouate (min. 78). Manzano miró a su izquierda para rubricar el debut de Tomás Pina, un centrocampista de clase que apenas tuvo tiempo para saborear su estreno en Primera. Al final, el Mallorca equivocó la táctica, ya que se limitó a colgar balones a Pezzolano y a Keita, mientras Aduriz le daba vueltas al banquillo a la jugada del penalti.