Vanessa Doukolé Blé lucha por el rebote con tres jugadoras del Ros Casares.

No podía ser de otra manera. El Ciudad Ros Casares, el gran campeón del baloncesto femenino español, se paseó en su visita al Pabellón municipal de Santa Eulària (68-85). Era lo lógico y lo esperado, teniendo en cuenta las enormes diferencias entre uno y otro equipo, entre uno que aspira a todo tanto en la competición europea como española y otro que, salvo que se le apareza la Virgen, tiene más de pie y medio en la tumba. Y es que, si el Palacio de Congresos de Ibiza ya lo tenía muy cuesta arriba para salvar la categoría, la sorprendente victoria ayer del Hondarribia en la prórroga ante el Olesa (86-91) complica aún más las cosas a las ibicencas, que están ya a tres victorias de la salvación cuando sólo quedan cuatro partidos para el final. El próximo sábado, precisamente en la pista del Hondarribia, llega el primer macht-ball para el equipo que, en caso de perder, estaría descendido de forma matemática.
Por lo menos, ayer el conjunto que entrena Àlex Pérez dio la cara en todo momento y mostró una mejor versión que en los tres últimos partidos. Sin embargo, eso no es decir mucho, porque sólo con la intención no es suficiente para batir a una plantilla de la talla de la de Ros Casares. Hubo una excepción, la protagonizada por Nakia Sanford, que ha dado un bajón tremendo en los últimos partidos y ayer tuvo valoración negativa (-1) con 5 puntos y 4 rebotes. De todas formas, el partido ante las valencianas, todos lo daban por hecho, estaba perdido de antemano, salvo error garrafal u omisión del actual campeón de Liga, Copa de la Reina y Supercopa. Algo que el Ros no estaba dispuesto a hacer. Desde el primer instante metió la directa y no tardó demasiado en marcharse en el marcador gracias al acierto desde la línea de 6,25 metros de Valdemoro y Snell y el dominio bajo tableros de Milton-Jones y De Souza (14-24, minuto 9).
Sólo en una ocasión el Palacio de Congresos llegó a inquietar la clara hegemonía visitante. Un triple de Pee Wee Johnson, la mejor de las locales, puso un esperanzador 33-36 en el minuto 17, aunque un parcial de 11-0 a favor del Ros Casares devolvió la normalidad al partido (33-47). La derrota, la decimonovena esta temporada, había caído. Una más supondrá el definitivo descenso.