El atleta madrileño Alberto Ávila durante su intervención en el IES Quartó de Portmany. | Daniel Espinosa

El atleta y conocido comunicador Alberto Ávila (Madrid, 1996) ha acudido este miércoles por la mañana al IES Quartó de Portmany de Sant Antoni para participar en una nueva jornada del proyecto d’Esport Inclusiu a l’Escola que organiza el Consell d’Eivissa.

Ante un nutrido grupo de estudiantes el joven madrileño contó su experiencia con el sentido del humor y la naturalidad que siempre le han caracterizado y que le han convertido en una persona muy seguida en las redes sociales, donde su perfil @alberto_boniato tiene ya más de 17.000 seguidores en Instagram y casi 600.000 en TikTok. «Se trata fundamentalmente de explicarles todo lo que logrado hasta aquí, cómo es mi vida y a que me dedico pero, sobre todo, transmitirles que no tienen por qué sentir pena cuando vean a una persona con diversidad funcional porque todos somos iguales y si nos adaptamos somos capaces de cumplir casi cualquier reto en nuestra vida».

Mensaje positivo y divertido

Una manera de afrontar la realidad, positiva y sin dramas, que Ávila comenzó ya a vivir en el colegio, donde sus padres le animaron a asumir con normalidad haber nacido sin peroné y el que a los tres años tuvieran que amputarle por debajo de la rodilla. «He tenido la inmensa fortuna de haber tenido una infancia muy buena, llevando con humor y vacilando a mis compañeros el tema de llevar prótesis, y como eso me ayudó en gran medida a ser lo que soy ahora simplemente intento ayudar en lo que puedo para que todos podamos superar los complejos, tanto físicos como psíquicos, que desgraciadamente nos marcan en nuestro día a día».

De hecho, con el paso de los años y a base de esfuerzo y tesón, Ávila se ha convertido en un referente del atletismo paralímpico de nuestro país en la categoría T64, coleccionando récords de España en 60, 100, 200 o 400 metros lisos o medallas en pruebas por todo el mundo, como la de plata conseguida recientemente en unos campeonatos de Europa. «Desde los seis años siempre estaba haciendo deporte aunque en mis tiempos en el colegio todo era un poco más difícil porque no estaba tan adaptado como ahora, y en un principio hice también esquí, natación y fútbol, hasta que con 9 años me pasé al atletismo, teniéndolo que dejar durante un tiempo porque faltaban medios, recursos y entrenadores cualificados, pero luego con 17 volví a él y la decisión no pudo ser mejor porque a pesar de alguna desilusión como quedarme fuera de los Juegos Paralímpicos de Tokio me ha aportado muchísimas cosas».

Ahora, este joven atleta ya tiene en mente clasificarse para los próximos Juegos Paralímpicos que se celebrarán en París en 2024. Para ello, entrena intensamente en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid con Pedro Jiménez-Reyes y destacados velocistas como Mark Ujakpor, Estela García, Alberto Muñoz o Bruno Hortelano, subcampeón del mundo en relevo 4x400 metros en pista cubierta, de lunes a viernes o de lunes a sábado, dependiendo de la semana, durante varias horas diarias.

Muy activo en redes sociales

Todo ello además, con una ajetreada vida fuera de las pistas.

Alberto Ávila está terminando su segunda carrera, la de Fisioterapia, haciendo prácticas, dando charlas como la de ayer en Sant Antoni y como es un firme defensor de las redes sociales «siempre que se usen con criterio y para transmitir un mensaje positivo» es muy activo en Instagram o TikTok, donde bromea constantemente con su situación. «Desde pequeño siempre me gustó el humor porque me parece la herramienta perfecta para quitarle hierro a las cosas duras que tiene la vida y por eso no tengo problemas en convertir mi prótesis en una caña o en un palo de golf si con ello conseguimos animar a personas que estén pasando un mal momento y animarles a darse cuenta de que si yo lo he conseguido ellos también».

En este sentido, el atleta prefiere huir del estereotipo de ser un ejemplo para los demás. «Yo no me lo considero, solo soy alguien que intenta que se normalice el mundo de las personas con diversidad funcional porque si me tratan con pena no habremos conseguido nada y solo un joven al que le encanta el deporte y que a pesar de tener una dificultad añadida usa sus logros para humildemente intentar ayudar a que otros superen sus traumas».