Como marca la tradición, la jornada se inició a las 19.00 horas con una misa solemne en una iglesia donde no cabía un alfiler. Minutos antes de comenzar, una veintena de balladors del Grup Folkloric sa colla des Vedrà hicieron un recorrido hasta llegar a la misma iglesia donde no faltó representación política del municipio. El obispo de Ibiza, Vicente Ribas, fue el encargado de oficiar la ceremonia donde también estuvo presente el coro de Sant Agustí. El calor no ahuyentó a las decenas de vecinos y vecinas que aprovecharon para lucir sus mejores galas. «Hoy es el día más importante de las fiestas del pueblo y hay que celebrarlo», señaló una vecina en las puertas de la iglesia.
Tras más de una hora de misa, las calles de Sant Agustí volvieron a presenciar la procesión en honor al santo y homónimo del pueblo. El recorrido partió desde la calle principal de la parroquia, la calle Plaça Major, donde cerca de una veintena de personas acompañaron la trayectoria de la imagen durante un par de calles hasta volver al punto inicial. Una vez allí, vecinos y vecinas aguardaban a uno de los momentos más esperados del día grande de Sant Agustí: la actuación del ball pagès.
En la plaza del pueblo, un gran círculo de vecinos, y algún que otro turista, se reunió para presenciar la actuación a cargo de sa Colla des Vedrà acompañada de orelletes y vi de la terra.Tras el espectáculo, una batucada animó al público a ritmo brasileño.
Finalmente, los grupos locales Aiyé Batucada, Groovy Brothers, Los Ministros del Rock y el grupo valenciano Lèpoka fueron los encargados de clausurar la jornada.
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