Portada del vinilo de UC 'Cançons d'Eivissa'. | Toni Planells

Este viernes, el Institut d’Estudis Eivissencs se trasladará a en Sa Nostra Sala para convertirla en el escenario de un reencuentro mítico para celebrar un acontecimiento histórico: el 50 aniversario del lanzamiento del disco ‘Uc, cançons d’Eivissa’.

Sus responsables, Isidor Marí, Victorí Planells y Joan ‘Murenu’, junto a Josep Planells, autor de la portada del disco, se reunirán a partir de las 20 horas para conmemorar la publicación de un disco que se convertiría en histórico dentro de la cultura ibicenca.


Inicio

Los autores coinciden en responsabilizar a «la casualidad» a la hora de hablar del inicio. Sin embargo, también coinciden en un momento concreto, la celebración del concierto ‘Probem una altra vegada’ en el teatro antiguo de Artes y Oficios en 1972 como punto de partida de la formación. «Tocamos una serie de canciones propias, pero se nos ocurrió añadir un par de (cuatro o cinco) canciones payesas adaptadas a un estilo. Fue tal éxito que decidimos ponernos en serio», recuerda Isidor Marí. «Hasta entonces, lo que hacían los grupos de folk era traducir la música americana a la lengua catalana, nosotros hicimos algo distinto, adaptamos por primera vez el folk a nuestra propia identidad», añade Planells desde un punto de vista musical para asegurar que «fue el primer folk autóctono».

Isidor Marí, Victorí Planells y Joan ‘Murenu’ en sus inicios.


Raíces

La idea de incluir temas tradicionales en el concierto de Arts i Oficis no fue casual. El interés y la investigación de la música ibicenca llevaban tiempo entre las inquietudes de los músicos ibicencos. «En mi primer disco en solitario, ‘Eivissa’, ya puse un fragmento de la gaita de ‘Sa Calera’; en 1972 hice mi primera versión de ‘Ses Germanes Captives’, que toqué junto a Victorí en Radio España de Barcelona, con Salvador Escamilla. Esa fue la primera vez que se emitía una nueva versión de un tema tradicional en la radio poco antes del concierto en Arts i Oficis», recuerda Isidor Marí.

«Escuchábamos ‘Gent del camp’ en la radio y nosotros íbamos a buscar a la gente que cantaba», explica ‘Murenu’, que añade como fuente de inspiración y de conocimiento su paso por el Grup de Ball de Sant Miquel, «de donde saqué la canción ‘Anarem a Sant Miquel’», y, entre otras, una casa en Sant Rafel «donde había unos mayorales que se sabían muchas canciones».


Disco

Algo más de un año después del concierto en Arts i Oficis llegó la grabación del disco, «el invierno después Isidor y yo volvimos a Barcelona, donde la casa Edigsa, que era la discográfica de referencia de ‘La nova cançó’, se interesó por nosotros y nos pusimos a trabajar en serio como un proyecto de recopilación de canciones ibicencas».

«Ni siquiera se nos había ocurrido ponernos un nombre», reconoce Marí respecto a la formación que formaba junto a ‘Murenu’ y Planells, que subraya que «el nombre nos lo puso el disco y la gente». Victorí se refiere a que «el disco se llamó ‘Uc, cançons d’Eivissa’, pero la gente empezó a llamarnos ‘Uc’ y así nos quedamos». «La idea fue de Joan ‘Murenu’», reivindica Isidor, que apunta que «fue una idea perfecta, porque simboliza el grito que queríamos reflejar con ese disco».

El disco comienza con un ‘Uc’, realizado por Toni ‘Murenu’ (hermano de Joan), que resonó mucho más allá de lo que esperaba este trío de jóvenes ibicencos. «La aceptación del disco, tanto en Ibiza como en Catalunya, fue toda una sorpresa», recuerda Joan ‘Murenu’ repasando en su memoria las actuaciones fuera de la isla, «tocamos en distintos locales de Barcelona, como la Celeste, y terminamos tocando en el festival de Canet delante de 80.000 personas».

«En Catalunya también fue un bombazo, todos los periódicos hablaban de nosotros, salíamos en las radios, la televisión y tocábamos cada fin de semana en cualquier festival», recuerda Victorí.


Autoestima

«Este disco sirvió a la gente de Ibiza para recuperar la autoestima y el amor por su cultura a la gente de Ibiza que se cachondeaba del ‘ieu-ieu-ieu’», defiende Murenu con el apoyo de Planells, que añade que «en los 70, lo ibicenco y lo folclórico no estaban valorados y, efectivamente, el disco sirvió para recuperar nuestra dignidad cultural». Los componentes de Uc ponen en valor que la cultura ibicenca se valorara fuera de la isla y Planells remarca cuando, en 1975, «Televisión Española despidió el Telediario con nuestra música», como ejemplo de cuando la sociedad pitiusa tomó conciencia del valor de su cultura y tradición. «Nuestra cultura se ha dignificado», añade Planells, que argumenta que «ya no hay tanto folclorista para turistas, ahora hay más consideración por la propia cultura».

También hubo quien se revolvió ante «el sacrilegio» de poner música a las canciones tradicionales. «Era algo comprensible, pero también es inevitable que la música evolucione y, al final, la recepción de la gente es la que acaba legitimando y dando sentido a la música popular». «Si la música tradicional no evoluciona, se convierte en una pieza de museo», asevera Marí al respecto, mientras Planells añade que «rompimos las vitrinas del folklorismo de museo e hicimos de la canción popular un arma de futuro y conseguimos que la voz cantada de un pueblo no muriese».


Contexto

Respecto al éxito obtenido con el disco, la humildad de sus responsables les lleva a apuntar al contexto histórico en el que se produjo. «En aquella época se produjo una conjunción de elementos con un resultado que no esperábamos ni nosotros mismos», explica Isidor Marí: «Por un lado, estábamos en contacto con el movimiento internacional de recuperación de música Folk, el interés por recuperar las músicas tradicionales era una tendencia internacional, por otro lado, nuestra generación comenzó a tomar la música como un elemento de la nueva juventud para hacerse oír, además de tomar interés por recuperar la lengua y la cultura propia».

«Era un momento histórico muy favorable para que ocurriera, tanto políticamente como culturalmente y socialmente. Además, estaba todo por hacer», añade Planells para referirse a una época «en la que la cultura había estado estancada y reprimida durante décadas».

Defender la cultura y la lengua propias en la España de principios de los años 70 era un acto revolucionario en el que los ibicencos participaron y por el que también sufrieron las consecuencias de la dictadura española. «Más de una vez pasamos por comisaría, nos pusieron multas o nos prohibieron canciones», recuerda Planells, que asegura que «llegamos a tocar frente a la Guardia Civil armada con ametralladoras». Como anécdota más contundente, Planells recuerda un festival en Valencia «cuando, mientras cantábamos ‘Anarem a Sant Miquel’, todo el estadio de fútbol se puso a corear ‘faixista el que no boti’. Claro, nosotros nos pusimos a botar y entonces entró la Guardia Civil a hacer una escabechina de las suyas. Cada uno pudo escapar como pudo».

El apunte

Una portada icónica

La portada del disco también se ha convertido en una imagen icónica dentro de la cultura ibicenca. Una imagen firmada por el artista Pere Planells que también triunfó más allá de los límites de la isla, convirtiéndose en una de las diez mejores portadas de música en catalán, según la prestigiosa revista Enderrock.


«Una noche estábamos cenando en una pizzería de esas que abrían y cerraban en Sa Penya cuando se presentó Pere Planells con un cuadro», explica Victorí Planells respecto a la pintura que viste la portada. «En cuanto lo vimos, dijimos: esto es justo lo que hacemos nosotros con la música, pero en pintura», recuerda Planells.


«En la cena estaban hablando de música y, como vivía al lado, fui a por el cuadro para que lo vieran», añade el responsable de la portada. «En mi casa había unos cuadros que pintó mi padre, ‘Pepito de Sa Bodega’, para decorar la casa. Uno de ellos era de la casa de Sa Capelleta (que ahora está enterrada bajo el edificio del antiguo Cine Cartago), que me inspiró para hacer mi propia versión en un cuadro, cambiando la palmera original por la higuera bajo la que pasé mi infancia en Es Pla de Vila con mis abuelos».


«El único problema fue que el cuadro era horizontal, pero le añadí un trozo más abajo para hacerlo cuadrado», añade el artista.


La censura fue más allá de lo musical, y es que la primera portada del segundo disco, también de Pere Planells, representaba un puño cerrado con un fondo rojo sobre las letras UC. «Nos la hicieron cambiar, abriendo el puño para que sujetara las letras», recuerda Victorí.