Imagen de un rebaño de ovejas en uno de los escasos pastos fértiles que subsisten en la pitiusa menor. | M. Vázquez

Dice el refrán que «nunca llueve al gusto de todos» y, en el caso de Formentera, en los últimos siete meses nos quedaríamos con las dos primeras palabras del dicho popular.

La isla está viviendo desde el pasado otoño uno de los períodos más grandes de sequía que se recuerden en las últimas décadas.

Una situación que afecta de primera mano al sector primario con importantes repercusiones no solo en el resultado de las cosechas, sino también a la hora de alimentar el ganado, con el consecuente perjuicio económico.

Para saber las causas de esta situación climatológica, PERIODICO de IBIZA Y FORMENTERA ha consultado con el meteorólogo y portavoz jefe de la Agencia Estatal de Meteorología de Balears, Bernat Amengual, quien atribuye las causas «a la predominación durante el otoño y el invierno pasados de vientos del Oeste, más secos, y al estar las Pitiüses más cerca de la península, los efectos se manifiestan en la escasez de precipitaciones, mientras que en Mallorca y Menorca el efecto ha sido menor al recibir aires del Este, más húmedos».

Amengual apuntó, además, que el otoño pasado fue más seco de lo normal excepto en el mes de noviembre cuando se registraron 119,5 litros por metro cuadrado, una cifra que si bien no es demasiado abundante se encuentra dentro de los parámetros normales.

El meteorólogo aportó asimismo otros datos como que en 2013 llovió un 30 por ciento menos de lo normal y en lo que va de 2014, los últimos cuatro meses se sitúan en un 78 por ciento de precipitaciones a la baja.