Imagen de la edificación que sirvió como prisión tras la guerra.

En la PM-820, carretera principal de Formentera y en su primer tramo desde La Savina a La Mola, se encuentran los restos de es Campament o sa Colonia. Un enclave protagonista durante la Guerra Civil española, que se estableció en el año 1940 y que dependía de la prisión provincial de Palma.

En materia de antecedentes y según se citan en los documentos presentados por la Consellería de Patrimoni del Consell Insular, en el pleno celebrado el pasado 31 de octubre; «el antiguo centro penitenciario de La Savina fue declarado BIC en la categoría de lugares históricos en el año 2002, luego anulado en 2006 por una sentencia del Juzgado Contencioso Administrativo de Palma y en 2010 se incluye en el Catálogo de Patrimonio Cultural de Formentera».

Según explicó a este rotativo la consellera de Patrimoni, Sonia Cardona, «son objeto de la declaración de BIC el muro de delimitación noroeste y los restos de estructuras correspondientes a las dependencias y a la pared ubicadas al noreste, entre la carretera PM 820 y ses Estany des Peix».

Asimismo, quedan protegidos tres pozos, la edificación de planta rectangular y con techo a dos aguas, los restos de los suelos de los barracones destinados a los prisioneros, así como la acequia de canalización que desemboca en ses Estany des Peix y todos aquellos trozos de murallas u otras construcciones vinculadas al espacio de sa Colonia que puedan aparecer en superficie o en el subsuelo en el transcurso de intervenciones arqueológicas.

La consellera apuntó además que, «sería conveniente llegar a acuerdos para que este lugar sea considerado como una parte de la historia de la isla a visitar».

Memoria histórica

El informe señala que «esta infraestructura estatal, llevada a cabo por el régimen franquista, se estableció en el año 1940 como centro de reclusión dependiente de la prisión provincial de Palma».

Los padrones municipales de la isla revelan que en 1940 en sa Colonia estaban registrados 444 prisioneros, 330 de Baleares y 114 de distintas provincias españolas, llegando a albergar cerca de 2.000 reclusos hasta su cierre en 1942.

«Los testimonios directos hablan de centenares de personas que malvivían en una docena de barracones, con falta de higiene y alimentos lo que propagó enfermedades del aparato digestivo entre los prisioneros, cuyas heces desembocaban de la acequia a se Estany des Peix, lo que produce un brote de tifus que afectó a vecinos de la zona», señala el estudio que añade que, «debido a las pésimas condiciones en las que vivían los prisioneros, la mayoría de Extremadura, provocó 58 defunciones entre abril de 1941 y octubre de 1942».

«El desembarco aliado en el norte de África el 8 de noviembre de 1942, enmarcado dentro de la operación Torch, supuso la clausura del centro de reclusión y el traslados de los prisioneros a otras penitenciarías, ante el temor del régimen franquista de que la opinión pública internacional conociera la situación de horror que se vivía en Formentera», concluye el documento presentado por la Consellería.