Después de una intensa noche en la que los Reyes Magos repartieron sus regalos en Sant Ferrán, Es Pujols, Es Caló y La Mola; ayer por la mañana fue el turno para Sant Francesc, ses Bardetes, Cala Saona, Es Cap y La Savina.

Acabada la Missa de Reis, el Jardí de ses Eres acogió a una corte mágica que entregó presentes a cerca de un centenar de pequeños y a algún grandullón. Y Melchor, Gaspar y Baltasar, acompañados por sus pajes reales, brindaron sonrisas y emoción a unos niños y niñas volcados en cuerpo y alma al festejo.

Cajas enormes, envoltorios medianos y pequeños eran brindados con una enorme sonrisa que fue inmortalizada por cámaras de fotos y demás artilugios electrónicos que portaban padres, madres y abuelos. Una mañana única que terminó en casa o en la plaza para disfrutar de los juguetes recibidos.

En el reparto también resultó agraciada la consellera del GUIF, Cristina Costa. «No había pedido nada pero he oído mi nombre y he recibido un bolso y un ordenador». No fue la única adulta sorprendida por su familia con un regalo aunque los que peor lo pasaron fueron algunos adolescentes porque a esa edad estas cosas dan «una mica de vergonya».