Susana Labrador: «Para hacer un mundo mejor hay que implicarse»

—¿Qué es lo que reúne este documento?

—Este documento está pensado para el alumno, el principal protagonista de la educación, y en su redacción han participado familias y docentes desde el pasado mes de septiembre. Lo que planteamos, dadas las características de Formentera que solo cuenta con tres colegios públicos, uno concertado y un instituto, es que podamos contar con medios de calidad. Desde las administraciones se debe tener en cuenta esta realidad y reivindicar cuestiones como un número mayor de profesorado de soporte, especialistas en educación especial y para atender a los alumnos que vienen de otros países. También ofrecer nuevas modalidades en cuanto a ciclos formativos y que no todos estén enfocados al turismo, porque muchos jóvenes viajan a Eivissa a realizar cursos diferentes lo que supone el tiempo de desplazamiento y el gasto extra para las familias. Además, y aunque este texto no lo contempla, seguimos reivindicando como FAPA, las mejoras en materia de infraestructuras educativas, la construcción del nuevo colegio de Sant Ferrán, así como las mejoras o ampliación de los otros centros que en algunos casos son viejos o resultan pequeños dado el crecimiento demográfico. En resumen queremos que todo mejore.

—¿Habéis mantenido contactos con los responsables de Educación del Govern Balear para plantear estas cuestiones?

—Si. Hemos tenidos encuentros con José Manuel Alcaraz como delegado del Govern sobre cuestiones como los recortes en materia de Educación y el retraso en la construcción del colegio de Sant Ferrán, y el representante del Consell Educatiu se ha desplazado a Mallorca para manifestar nuestras reivindicaciones.

—¿Cuál es la implicación de las familias de Formentera a la hora de trabajar por una educación de calidad?

—Creo que no hay diferencia con otros sitios de España, pero si debemos reflexionar en que los sistemas educativos que mejor funcionan en el mundo son aquellos en donde las familias se involucran. En nuestro caso estamos en un punto de que muchas veces la escuela va por un lado y las familias por otro. Como autocrítica, las APIMAS quizás no hemos sabido dinamizar y atraer al compromiso, muchas veces nos planteamos que es lo que falla. Lo que si tengo claro es que padres y docentes deben participar todos juntos ya que la escuela enseña y educa y las familias también. Una de las posibles soluciones es algo que se está aplicando en Cataluña y que se denomina Comunitat de Aprenentatge. En este caso el colegio tiene su horario lectivo, pero luego queda abierto como centro social para realizar tareas como escuela de padres y talleres de diverso tipo. Creo que sería una vía a adaptar ya que se puede disponer de un espacio, el propio colegio, para interactuar. Es indispensable una implicación real de todos los agentes educativos. .

—¿Cómo se consigue implicar a las familias?

— En este documento se refleja la importancia de la educación, donde estamos y donde queremos llegar como movimiento social de base. Tenemos que hablar entre todos y creo que en la vida todos queremos ser útiles y esta es una buena forma. Solo hay que poner voluntad, da igual los conocimientos previos que tengas, solo vienes a representar a tu hijo y cambiar o mejorar lo que consideremos necesario. En la ponencia de este documento, los representantes del alumnado coincidían en que querían un colegio más divertido, que les enganchara más pero para eso tenemos que trabajar entre todos. Para hacer un mundo mejor hay que implicarse.

—¿Cuál es la hoja de ruta a seguir a partir de la publicación de este documento?

—Esto es el principio de un camino, no el final ya que puede ser más ambicioso y ampliarse. Hemos puesto unas bases y queremos que la sociedad de la isla se adhiera a su contenido, a través de las asociaciones, partidos políticos y gente de a pié. Asimismo participamos en el proyecto Illes per un Pacte para que todo el archipiélago participe y que haya un documento de todas las Baleares.