Arte y tradición en la XIV edición de la Olimpiada Pagesa de La Mola. | Pep Martínez

La XIV edición de la Olimpiada Pagesa de Formentera, organizada por la Comisión de Fiestas de El Pilar de La Mola, volvió a demostrar su poder de convocatoria. Más de 2.000 asistentes participaron en todas y en cada una de las actividades organizadas por un equipo de cerca de un centenar de personas compuesto de cocineros, barmans, monitores y voluntarios que demostraron, como cada año, el saber hacer a la hora de organizar una fiesta. Si bien ayer domingo era un día un poco «desangelado», entre nubes y neblina, las ganas de fiesta no decayeron y mucho menos la participación popular.

A primera hora de la mañana, para disfrute de pequeños y grandes, el éxito más absoluto lo tuvo la muestra de especies animales autóctonas, donde las cabras, el burro y los conejitos, hicieron las delicias de los asistentes, quienes pudieron adquirir además productos locales en un mercadillo ubicado en un solar vecino a la escuela local, donde también se controlaba sa sitga, por parte del maestro carbonero Xumeu Tur.

Después de la misa de campaña en la carpa, las collas de ball pagès de Eivissa y Formentera ofrecieron una demostración en las pistas deportivas del centro escolar, mientras los asistentes apuraban el almuerzo de frita de porc.

Visita de Bauzá

Este fue el momento para recoger unas palabras del president del Govern Balear, José Ramón Bauzá, quien reconoció que, «es la primera vez que puedo disfrutar de esta fiesta y agradecer a todo el colectivo de La Mola por su labor a la hora organizar este evento que tiene como objetivo dar a conocer la cultura tradicional de la isla».

En el encuentro pudimos ver también a los consellers populares, Juanma Costa y José Manuel Alcaraz, así como al vicepresidente del Consell y conseller de Agricultura, Santi Juan, la consellera de Cultura, Sonia Cardona y al representante del GUIF, Javi Serra.

Pasadas las 15.30 horas, comenzó la Olimpíada pagèsa y el encendido de la «llama olímpica», que este año estuvo a cargo de los miembros de la Federació de Raçes Autóctones de les Illes Pitiüses. Asimismo, se otorgó el III Premi Virot a Joan i María des Moliner, por su labor de divulgación de las artes tradicionales de moler la harina y en la conservación del molino familiar.

La fiesta continuó con una batería de juegos tradicionales como correr en pareja con una pierna atada a la del compañero, carreras de carretillas y el ya incombustible «kamasutra pagès», en que el reto es reventar un globo entre dos, pero siempre en una postura erótica.