Al fondo, lugar donde irá ubicada la deixalleria de Formentera, en la zona industrial de la isla junto a la concesionaria del servicio, la empresa Cespa.

El Consell Insular de Formentera publicó anteayer en el BOIB la constitución del servicio público de ‘deixalleria’ y la aprobación definitiva del reglamento de uso y funcionamiento de la misma en Formentera.

El objeto de este servicio es gestionar la recogida como centro de recepción y almacenamiento de residuos, previamente seleccionados por los usuarios, que no son objeto de recogida en la vía pública y supone un complemento a la recogida selectiva que se realiza en el municipio, para proporcionar una correcta gestión de cada residuo. Las prestaciones que incluye el servicio son la apertura y atención al público de las instalaciones de la recogida y la gestión de los residuos aportados por los usuarios (recepción, adecuación y retirada), según la normativa vigente.

La deixalleria o punto verde de Formentera está ubicada en una finca de 3.800 metros cuadrados en el polígono industrial de la isla, en el kilómetro 2 de la PM 820 y colindante con la actual base de operaciones de la empresa concesionaria de la recogida de residuos, Cespa.

Con la próxima apertura de esta instalación se satisface una reivindicación histórica en la isla, un proyecto por el que se viene trabajando desde hace más de 15 años, según remarcan desde el Consell. El coste de las obras se fijó en 750.000 euros, incluidos en el precio de la concesión del servicio por la recogida de residuos, y el plazo de ejecución establecido en junio de 2014, cuando ocmenzaron la sobras, fue de 8 meses.

Detalles de la planta

El arquitecto y responsable del proyecto, Marià Castellò, señaló entonces que «la edificación de la estructura metálica solo tiene 300 metros cuadrados, ya que la actividad se desarrolla en el exterior acotado del recinto donde se ubicarán las gavetas ordenadas según el tipo de residuo y el resto será para el parque móvil del servicio de recogida y limpieza de la isla».

La zona de aparcamiento contará con ocho plazas para vehículos pequeños, 12 para aquellos de tamaño mediano y 16 para los camiones de gran volumen.

Marià Castelló destacó también y como importante en esta nueva infraestructura el hecho de que esté ubicada «próxima al vial de acceso y aglutinada dentro del área industrial, lo que no impacta dado que está ubicada en suelo rústico».

Otra de las características de la obra es la comodidad para que los ciudadanos depositen los elementos desechables, a través de un acceso para vehículos particulares hasta la zona de descarga en las correspondientes gavetas y también contará con una báscula de pesaje para controlar la cantidad de los residuos que entran en el recinto.

Los residuos que acogerá la instalación, para la que ya se ha dado luz verde, abarca fracciones de los denominados voluminosos, peligrosos y/o especiales de origen municipal para las que no hay un contenedor específico en la calle.

También acoge aquellos de uso domiciliario o comercial como restos de poda, envases de pintura, esmaltes de origen doméstico, baterías, fluorescentes, aparatos electrónicos, electrodomésticos, muebles, chatarra, expositores, tóners, envases de productos fitosanitarios, radiografías, ropa y calzado, entre otros.