El papa Francisco tuvo ayer un gesto de cariño hacia los peregrinos desplazados de Eivissa a Roma, donde el Pontífice pronunció un discurso de esperanza hacia las personas desesperadas durante la meditación previa al Angelus.

El papa Francisco se dirigió a los miles de fieles congregados en la Plaza de San Pedro y saludó a los participantes en la marcha ‘Una tierra, una familia humana’; a un grupo de bolivianos residentes en Italia, que portaban banderas de su país; a las mujeres scout que pertenecen a la Conferencia Internacional Católica; y a la coral polifónica de Augusta, entre otros colectivos.

Uno de estos grupos con los que tuvo un acercamiento el Pontífice fue el de jóvenes peregrinos desplazados desde Eivissa. Unos 80 jóvenes de las parroquias de Santa Cruz, Santa Eulària, Sant Vicent, Sant Llorenç y Sant Joan que se preparan para recibir el sacramento de la confirmación, y que acudieron al Vaticano acompañados por sus catequistas y sus párrocos.

Tras el Angelus, el Santo Padre señaló las siguientes palabras entre las que destaca su guiño hacia los peregrinos ibicencos: «Vedo tante bandiere boliviane! Saludo cordialmente al grupo de bolivianos residentes en Italia, que han traído hasta aquí algunas de las imágenes de la Virgen más representativas de su país [...] Que nuestra Madre del cielo los proteja. Un saludo también para el grupo de jóvenes de Eivissa que se preparan para recibir la Confirmación. Se lo ruego, recen por mí». El gesto conmovió a la delegación pitiusa, que celebró con emoción el saludo.