Estilo propio y calidad en Formentera. | Pep Martínez

La explanada del paseo marítimo del puerto de la Savina acogió el pasado viernes la VIII edición de la Pasarela de Moda de Formentera.

Para la ocasión, cientos de residentes y turistas pudieron disfrutar de una muestra en la que se pudo comprobar el buen hacer de nueve diseñadores de ropa, joyas y complementos de la menor de las Pitiüses, acompañados por dos firmas ibicencas.

La apertura del acto corrió a cargo de la consellera de Turisme i Comerci del Consell Insular, Alejandra Ferrer, quien destacó en castellano, catalán, alemán, inglés e italiano la fuerza del sector de la moda en Formentera y valoró la participación de los diseñadores en un evento que cada año cobra más fuerza en la isla.

Este año, y después de tres en el que fueron protagonistas modelos no profesionales «reclutadas» entre gente de la isla, la batuta fue entregada a la empresa Deva Models Ibiza que contó para la presentación con la modelo y actriz catalana Mónica Pont quien ejerció de maestra de ceremonia luciendo en los tres pases modelos de Eva Cardona, Helena Hurtado y Macramé.

El encargado de abrir la pasarela fue el joyero Enric Majoral quien presentó una única pieza parte de la colección 2015 titulada Marina.

Un collar elaborado en plata por su hijo Roc y ganador este año del premio Couture Designe in Silver, celebrado en Las Vegas y que lució con suma elegancia la Miss España 2011, Andrea Huisgen.

La velada continuó con la presentación de seis trajes de noche de la reconocida diseñadora local, Eva Cardona, quien este año se decantó por una línea que la autora calificó de «muy pura, vaporosa, sutil y con mucha caída».

Además del blanco que viene siendo costumbre en las colecciones de Cardona, para esta pasarela la creadora se animó con el negro sin olvidar el verde agua, «que refleja el mar de Formentera», ni las telas trabajadas con cristales, pedrería y bordados a mano.

El primer pase de la noche continuó con la obra de la holandesa afincada en la isla, Mónica Vos, titular de la marca Amor Mundial, que sorprendió con originales estampados inspirados en las gráficas de sonido y en colores que abarcaban desde tonos naranjas y crema hasta variadas gamas de azules. Las prendas de Mónica contaron como el año pasado con las joyas de Tito Solari como excelente complemento. Collares de importante volumen, anillos y pulseras en plata confeccionadas a mano con inspiración étnica que volvieron a demostrar la maestría del artesano, a lo que se sumó un colgante en oro que lució Mónica Vos en la pasarela al despedir su colección.

Otro «veterano» de este evento, José Marcos ‘Ishvara’, creador incansable de calzado y complementos realizados a mano con pieles de excelente calidad y reconocido allende los mares pitiüsos, aportó a esta edición una nueva línea de ropa, en concreto chaquetas y chalecos, y una serie de bolsos de mano realizados en piel de cocodrilo.

El segundo pase de la noche comenzó con la firma local Macramé de la mano de su artífice, Anabel Costa, quien volvió a apostar, en una colección titulada Afrodita, por un estilo sensual y muy femenino, haciendo hincapié, «en las curvas y las transparencias en tejidos naturales como la gasa de algodón».

La gala continuó con el debut de la firma B7 de la diseñadora Beth Save, con la colección Orígenes, quien sorprendió con una serie de prendas confeccionadas de forma artesanal en tejidos como el algodón combinado con licra y pan de oro que somete a distintos procesos para conseguir así, «el tramado y la caída» que busca. La creadora acompañó sus modelos con sus particulares botas estilo «corsario» en tonos brillantes desde el amarillo al turquesa y con las sutiles y delicadas joyas confeccionadas por la artesana Matilde, en las que las plumas son ya marca de la casa.

Por su parte, Loredana Rizzo, de la firma Vanitaly, presentó una línea de vestidos y dos piezas con pantalones palazzo muy femeninos y sensuales en los que predominaron los tonos tierra, así como el blanco y el negro.

En una noche cargada de elegancia no podía dejar de estar presentes Daisy, de la firma Mundo Insólito, con ese aire vintage que la caracteriza, y que volvió a apostar por telas nobles como el algodón cien por cien ecológico y por los tintes naturales. Chilabas, caftanes y pantalones con la que ha «pretendido que recuerden a aquellos años setenta».

Y de los setenta pudimos remontarnos a los cincuenta de la mano de Helena Hurtado de la casa Obi. Patronaje impecable, líneas claras y con una caída ideal que hacen que las prendas de esta diseñadora constituyan un imprescindible en nuestro fondo de armario. La colección 2015 de Hurtado contó con un complemento perfecto, las sutiles y delicadas joyas en plata del artesano Lorenzo Pepe inspiradas en la naturaleza de Formentera.

También Eivissa estuvo presente en el desfile con la joyera Elisa Pomar quien presentó una serie de emprendades, confeccionadas en oro y turquesas e inspiradas en las aguas de Cala Saona.

El cierre de la pasarela 2015, estuvo a cargo del diseñador Toni Bonet quien aportó a la pasarela su colección de novias titulada Dioses y Monstruos. «Se trata de una línea que no solo incluye el blanco sino también los azules y turquesas de las aguas de las islas en un trabajo en que el encaje está muy presente, así como la combinación de diferentes tejidos en una especie de patchwork», apuntó Bonet.