La XVII Vuelta a Formentera nadando por la Fibrósis Quística se presentó en la Boutique Gym de la menor de las Pitiüses.

Formentera acogerá del 1 al 3 de julio la decimoséptima edición de la Vuelta a Formentera nadando contra la Fibrosis Quística que organiza la Fundación Respiralia y a la Asociación Balear de Fibrosis Quística.

El objetivo de esta prueba es un año más dar a conocer esta enfermedad genética, crónica y de las denominadas «raras», al afectar en España a uno de cada 5.000 nacimientos, y su tratamiento, a base de antibióticos y antiinflamatorios, la nutrición controlada y la fisioterapia combinada con ejercicio físico de por vida. Además, se busca recaudar los mayores fondos posibles para mejorar la calidad de vida de los niños y jóvenes con Fibrosis Quística y divulgar el conocimiento de esta grave e incurable enfermedad.

En este sentido, Carlos Pons, director gerente de la Fundación Respiralia y coordinador del evento, aseguró durante la presentación de la prueba que ésta «se ha convertido en el evento anual más importante relacionado con esta enfermedad en el mundo». No en vano, esta decimoséptima edición contará con la participación de personas procedentes de toda Europa, incluyendo el equipo italiano Superelio, que debe su nombre a uno de sus participantes, Elio, que tiene Fibrosis Quística.

Todos ellos recorrerán, de modo no competitivo, el perímetro de la isla de Formentera por relevos durante tres etapas entre el 1 y 3 de julio. La primera saldrá de la playa de Es Cavall d´en Borràs y llegará a la playa de Es Copinar. La segunda comenzará en la playa de Es Copinar hasta la playa de Es Pujols. Y por último, el domingo concluirá saliendo de esta última playa para llegar a Es Cavall d´en Borràs.

Además, esta nueva edición cuenta con un padrino de excepción, Hugo González Oliveira, campeón del mundo júnior en 200 metros Espalda y clasificado para las Juegos Olímpicos de Río de Janeiro con sólo 17 años. «Ver a estos chicos con Fibrosis Quística que se esfuerzan y luchan por un objetivo que les ha marcado la enfermedad, como es tener una mejor calidad de vida, es muy motivador. Yo lucho y me esfuerzo por los objetivos que yo he elegido, pero no dejan de ser banales comparados con los que implican luchar por la vida. Seguramente, habrá momentos dentro del agua en los que el haberlos conocido me servirá de motivación para seguir esforzándome».