Nuestros fondos submarinos guardan multitud de atractivos naturales, así como una amplia cantidad de especies marinas y unas magníficas, aunque cada día más amenazadas praderas de posidonia oceánica. El fondo de nuestro mar alberga, además, algunos secretos en forma de pecios, o lo que es lo mismo, yacimientos arqueológicos subacuáticos donde se encuentran los restos de las naves que desde épocas muy remotas hasta nuestros días han sufrido naufragios delante de nuestras costas. Entre otros restos, en estos pecios podemos encontrar metales diversos que formaron parte de la estructura de las malogradas naves, así como de los enseres utilizados a bordo o de las cargas almacenadas en sus bodegas.

Quizá estemos lejos de encontrar el famoso tesoro del pirata Barba Negra o los preciados lingotes de oro de los galeones del Reino de Castilla que hacían las Américas, pero nunca se sabe; y aunque no fuera así, bajo nuestras aguas se encuentran pequeñas joyas dignas de estudio, y justamente esto es lo que se está llevando a cabo estos días en las aulas de la Casa de Colonias de Sant Francesc, donde durante cuatro días dieciséis conservadores-restauradores de varias procedencias, se concentran para aprender de primera mano de dos expertos de máximo nivel, Jean-Bernard Memet y Victoria Folgueira, las últimas técnicas destinadas al tratamiento de objetos metálicos de procedencia subacuática en el primer Curso Práctico de Conservación de Metales de Procedencia Subacuática.

El curso, teórico-práctico y pionero en el estado, está organizado por el Consell de Formentera y l’Institut Balear d’Estudis en Arqueología Marítima (IBEAM), y cuenta con la colaboración del Museu Arqueòlogic d’Eivissa i Formentera y con el patrocinio de la naviera Trasmapi.

Objetivo

El objetivo del mismo es que el alumno conozca el medio subacuático y sus efectos sobre la conservación de los metales arqueológicos, así como los métodos de extracción, embalaje y protección de los objetos metálicos para garantizar su estabilidad hasta su traslado al laboratorio. Allí se trabajan los principales tratamientos de eliminación de cloruros, así como la inhibición y protección de estos materiales, de manera que el arqueólogo ‘aprendiz’ sea capaz de definir el estado de conservación de los objetos metálicos y decidir el tratamiento más adecuado para cada caso.

Asimismo, el año pasado el Consell de Formentera y IBEAM firmaron un convenio para elaborar una carta arqueológica subacuática que ayude a conocer y conservar el patrimonio subacuático de la isla. Se calcula que este mapeado de los pecios submarinos estará terminado en el 2021, pasando a ser titularidad del Consell. Desde la máxima institución insular se espera que dicha carta pase a ser una útil herramienta que permita futuras investigaciones arqueológicas que saquen a la luz aspectos hasta ahora desconocidos de la nuestra historia y de la historia de aquellos que algún día surcaron nuestra mar con mayor o menor fortuna y, quien sabe, si dejándonos algún preciado lingote dorado…