Llega un nuevo año y es momento de revisar lo que ha sido este 2016 y de lo que nos espera para 2017. Hablamos de Formentera y de sus expectativas con Jaume Ferrer (Formentera, 1969) presidente de un Consell donde lleva ya nueve años encadenando sucesivos mandatos. El año que ya perece ha sido especial, porque no es habitual tener al equipo local jugándole a todo un Sevilla en la Copa y porque tampoco lo es que David gane a Goliath, y aunque la historia tenga muchos matices y los nombres no sean los mismos, la ubicación definitiva de la estación de las barcas de Formentera en el puerto de Vila debería ser recordada como la victoria de toda una isla unida en la que este entrevistado ejerce como máximo representante.

—La gran victoria de Formentera este 2016 ha sido el acuerdo conseguido con APB y Vila para la ubicación de la estación de las barcas de Formentera; ¿en qué punto se encuentran las cosas? ¿Cómo es ahora la relación con la APB y con Ibiza?
—Es verdad que toda la gestión que se ha efectuado acerca de la reubicación de la estación marítima en el puerto de Vila no ha estado exenta de tensiones entre administraciones. Creo que no hubiera sido necesario llegar a este punto, pero dada la imposibilidad de que se escucharan las demandas de Formentera, surgió una plataforma, ‘On Sempre’, que aunó el sentir general de la isla y que ayudó a que fructificara el diálogo hasta conseguir el deseado consenso entre Consell, Ajuntament d’Eivissa y APB. Al final, pues, existe un acuerdo rubricado y las desavenencias han dejado paso a una relación más cordial cuyos frutos se han traducido en el proyecto de remodelación del puerto de la Savina o en la firma del convenio de cesión del faro de la Mola, que permitirá que este espacio se habilite como centro de interpretación del mar entrando en funcionamiento, previsiblemente, en la primavera del 2018.

—El Consell de Formentera confía en que las competencias en promoción turística lleguen durante esta legislatura. ¿Se ha hablado de su dotación económica?
—Es de vital importancia valorar primero las funciones que nos serán transferidas y valorar qué supondrá esto económicamente. Asimismo, se ha de hacer una valoración de todos los bienes y del personal que tiene la Agència Balear de Turisme. Una vez se tengan todos estos datos encima de la mesa, se tendrá que valorar la cantidad que ha de ser transferida a cada isla excepto en el caso de Ibiza, que ya gestiona esta competencia. Lo que no haremos desde el Consell de Formentera es asumir promoción turística sin una dotación económica adecuada.

—¿Formentera todavía tiene margen de crecimiento en plazas turísticas? ¿Peligra el equilibrio entre tener una isla para disfrutar y la explotación del negocio predominante en la isla?
—Formentera está prácticamente al límite en cuanto a la creación de plazas turísticas, creemos que no se ha de crecer más. De hecho, con la aprobación de la normativa urbanística, Normas Subsidiarias y también el Plan Territorial Insular del 2010, ya se puso un límite de plazas, unas a reconvertir y otras de nueva instauración. Agotadas estas, desde el actual equipo de gobierno entendemos que se ha de cerrar la posibilidad de creación de nuevas plazas turísticas.

—¿Qué valoración se hace de este primer verano de aplicación del impuesto de turismo sostenible también conocido como ecotasa? ¿En qué se podría mejorar y que ingresos ha supuesto para Formentera este 2016?
—En relación a este impuesto, Formentera comparte la filosofía del mismo y lo que supondrá para las diferentes administraciones e islas del archipiélago en forma de ingresos que no repercutirán de forma notable en los bolsillos de ciudadanos y residentes. Lo que sí que pedimos es que, al igual que se hace en otros destinos, la ecotasa se pueda recaudar en puertos y aeropuertos para que realmente todo el mundo pagara este canon. Creemos que es una buena fórmula para propiciar la renovación de instalaciones turísticas y para mejorar el impacto que ejerce el turismo sobre nuestro medio ambiente. De momento, este 2016 ya ha dado un rédito de 600.000 euros para Formentera.

—¿Cuáles son los proyectos presentados?
—Desde el Consell se han presentado tres proyectos: la mejora del núcleo de es Pujols, actualmente en ejecución; la reordenación de los fondeos en s’Estany des Peix, que entendemos que ha de ser una realidad en el 2107; y finalmente, la construcción de un nuevo centro de deportes náuticos, una instalación necesaria que se iniciará tan pronto como se cuente con los permisos de Costas y Medi Ambient.

—¿Qué le parece la nueva ley de vivienda balear? ¿Solucionará parte del problema que hay en la isla?
—En Formentera no tenemos falta de vivienda en cuanto a su número, el problema está en el uso que se le da a la vivienda y ésta es la cuestión que creemos que se tiene que solventar. El pleno del Consell aprobó en octubre una propuesta que pide al gobierno central la modificación de la ley de arrendamientos urbanos para establecer un mínimo por el que ha de ser alquilada una vivienda tanto en suelo urbano como rústico. De esta manera podríamos tener un camino más fácil para dar solución a este problema. Yo siempre hablo de equilibrio; Formentera vive del turismo, pero este no puede pasar por delante de una demanda social tan importante como es el derecho a disponer de una vivienda digna. El Consell está trabajando en esta línea conjuntamente con el Govern balear y con el resto de consells y esperamos que salga una ley adaptada a las necesidades de la Comunidad y a las de cada isla.

—¿Qué le parece la regularización del alquiler de pisos a turistas? ¿Qué postura tiene el Consell de Formentera en este tema?
—Hemos de tener claro que el turismo no puede ocasionar conflictos sociales por un desequilibrio en los usos de las viviendas. Creemos necesario que pueda haber una parte de vivienda en urbano que pueda ser de uso turístico pero por el otro lado, hemos de disponer de suficiente vivienda para aquellos que deseen residir en la isla todo el año y para aquellos que vengan a trabajar a Formentera durante la temporada turística.

—¿En qué punto se encuentran las negociaciones con la propiedad del islote de s’Espalmador para qué este pase en manos públicas? ¿Hace falta comprarlo o con una mejor gestión es suficiente?
—Nosotros estaríamos encantados de que se acometiera la compra de s’Espalmador y pasara a ser de dominio público, pero la cantidad que se pide es inviable que sea asumida por el Consell de Formentera. En todo caso, esta adquisición no es una prioridad, ya que se debe priorizar la dotación y mejora de servicios para la ciudadanía como es el caso de la construcción de una nueva residencia para mayores. Cabe recordar que s’Espalmador está protegido completamente a nivel medioambiental y que en principio no hay que temer por ningún tipo de especulación. Por otro lado, ya ha habido tomas de contacto con Govern y la propiedad del islote para mejorar la gestión medioambiental de la zona, tanto de los fondeos como del control de aquellos que desembarcan y acceden a sus playas o a su interior.

—El pleno aprobó por unanimidad pedir más guardias civiles en la isla. ¿Ha habido alguna respuesta de Madrid?
—Históricamente hemos padecido falta de efectivos tanto de policía local como de guardia civil. En el caso de la benemérita, lo que pedimos es que la actual plantilla se mantenga durante el verano y, en la medida de lo posible, aumentar el número de efectivos durante todo el año. Nos encontramos con el problema añadido de que los agentes de la guardia civil pueden coger vacaciones durante los meses de temporada alta, situación que en el cuerpo de policía local se regula mediante convenio. Asimismo, hemos pedido una mayor presencia de la guardia civil del mar por las zonas de fondeos para ejercer un mayor control sobre estos así como sobre las actividades de ‘party boats’.

—Este verano ha habido muchos robos en la isla. ¿Se está perdiendo una cierta ‘inocencia’ o confianza de la población? Antes las casas se podían dejar con la puerta abierta...
—Por suerte o por desgracia, los tiempos corren y la sociedad cambia. En las últimas décadas Formentera ha experimentado un cambio substancial con la entrada del turismo y el progresivo aumento poblacional. Esto ha comportado una cierta inseguridad que no alcanza niveles preocupantes, pero que perjudican a la sensación que nos gustaría dar de isla tranquila.

—¿Qué queda pendiente y cuáles serán las prioridades para el 2017?
—Estamos trabajando enérgicamente para poder aprobar una modificación de las normas subsidiarias y cumplir con las sentencias judiciales que hasta ahora impiden la construcción de la escuela de Sant Ferran. Es básico poder construir este nuevo equipamiento y usar el espacio actual para poder hacer equipamientos culturales y poder revitalizar el núcleo del pueblo. También la calle Guillem de Montgrí será objeto de reformas. Asimismo, cabe destacar el proyecto de rehabilitación de la casa de Can Ramon para transformarla en el futuro centro de interpretación etnológico de Formentera, la mejora de es Pujols, el proyecto del puerto de la Savina o la ordenación de fondeos en s’Estany des Peix. A estos se les ha de sumar el trabajo conjunto con el Govern balear para establecer el control y limitación del número de fondeos en todo el litoral o el establecimiento de un impuesto de entrada de vehículos. Toda una serie de medidas, en definitiva, que buscan mantener el modelo de isla que los formenterenses siempre hemos creído que es importante de conservar.