Si bien es cierto que algunas veces nos hacen sufrir, sobre todo en invierno y más aún en uno como este, generoso en temporales, el parecer general de los usuarios que habitualmente usan las barcas de Formentera es positivo.

Quizá solo un ‘pero’ impera en la mayoría de los pareceres, el de los horarios en alguna de las franjas como las de mediodía. «Ahora, en invierno, los que acabamos de trabajar alrededor de las dos, no disponemos de barca hasta las 15.30», cuenta Abel.

Una situación similar se produce en los últimos enlaces entre islas. «Los que vienen de Ibiza a Formentera por motivos laborales, por las mañanas lo tienen bien, pero los que trabajamos por la tarde tenemos pocas barcas de vuelta», dice Marc, que alguna vez ha perdido el ferry de las 20.30 y ha tenido que volver en el Posidònia de las 22.45, último barco en hacer el trayecto de vuelta que tiene como pega su duración, ya que se alarga hasta una hora y poco cuando el tiempo del trayecto en las barcas ‘fast’ suele ser de unos 35 minutos de media. Están también los que opinan que, en invierno, quizá sobren barcas: «Para mí no haría falta una barca cada media hora, ya que en esta época hay menos gente que viene a Formentera», comenta Enzo en una excepción que más bien confirma la regla.

En cuanto a la duración del trayecto hay quien como David, bromea: «si fueran diez minutos sería la hostia, pero no es el caso. No se pueden poner muy rápidos porque gastarían mucha gasolina». El resto de los preguntados coinciden con que la poco más de media hora de trayecto habitual es correcta y Abel puntualiza que, sobre todo en verano, «hay muchas barcas y el puerto es muy pequeño, con lo cual tienen que hacer muchas maniobras y se pueden demorar un poco».

El estado general de las embarcaciones, así como el trato humano ofrecido por sus tripulantes no reciben quejas. «La gente es amable, te conocen, está bien», dice Luis, mientras que el resto de cuestionados coincide en valorar positivamente tanto la comodidad de las butacas como la limpieza de las naves.