Ayer se presentaron en Formentera los resultados de las excavaciones en el cementerio de Sant Ferran.

Los técnicos que han participado en las excavaciones de la fosa común de Sant Ferran han hallado los fragmentos de un húmero y dos cráneos que podrían pertenecer a los fusilados el 1 de marzo de 1937. Así consta en las conclusiones de los trabajos en el camposanto formenterense que fueron presentadas ayer tarde en el Consell de Formentera.

Estos huesos, hallados en el osario del cementerio, presentan una erosión causada por arma de fuego que presenta los mismo síntomas que los encontrados en otras fosas de la Guerra Civil. Según los técnicos, estas heridas se distinguen bien y se produjeron en el momento de la muerte. La hipótesis es que los restos de estas cinco personas fueron transportados al osario del cementerio para dedicar la fosa donde estaban enterrados a nuevas sepulturas.

Para confirmar que se tratan de los restos de algunas de las personas que se estaban buscando, los técnicos están llevando a cabo una serie de comprobaciones. La primera de ellas es la comprobación en el Registro Civil y que por el momento, de los 156 individuos que aparecen entre los años 1991 y 1944 ninguno tiene como causa de muerte un impacto de proyectil, lo que hace suponer que estos tres huesos podrían corresponder a alguno de los cinco asesinados.

Por otro lado se comprobará la compatibilidad de ADN entre estos restos y familiares vivos de las personas fusiladas. Las cinco familias han accedido a colaborar y los resultados podrían conocerse en un periodo de dos a cuatro meses.

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Proyectiles

Los trabajos, que se iniciaron el 29 de noviembre, han consistido en seis sondeos en el interior del cementerio y cinco en el exterior, realizados estos últimos con una máquina excavadora. En ninguno de estas excavaciones se encontró rastro de la fosa común.

Durante los sondeos exteriores se hallaron cuatro proyectiles, uno de ellos enquistado en la pared orientada al sureste, con la ayuda de un detector de metales.

El equipo técnico que ha trabajado en la recuperación de los cuerpos de Jaume Ferrer, Josep Ribas, Joan Tur, Jaume Serra y Vicent Cardona han sido la arqueóloga y antropóloga Almudena García–Rubio, que ha sido la directora de los trabajos, además de Juanjo Marí, Glenda Graziani, Paqui Carmona, Pau Sureda, Sergi Moreno y Nicholas Márquez–Grant.

Esta ha sido la primera búsqueda de una fosa común en las Pitiusas y ha sido amparada por el Fòrum per la Memòria Històrica.