El Hospital de Formentera ha tenido que reubicar sus espacios para colocar el TAC que llegó el lunes al centro. Así, lo que antes era la sala de espera de la zona de extracciones, junto a la sala de Radiología, se ha convertido en la zona de TAC. Además, en la puerta de entrada se ha colocado un bioportero que permitirá que los pacientes puedan avisar a los técnicos y no se retrasen las pruebas.

El aparato, de última tecnología, está inmerso en pleno montaje que, una vez finalizado, dará paso a la implantación de la parte informática. Será a partir de la semana del 9 de abril cuando se empiece con la formación de los profesionales y con las pruebas del equipo que está previsto que se alarguen durante todo el mes. «Según las previsiones que tenemos esperamos que en mayo ya pueda utilizarse», señaló Antonio Jesús Sanz, subdirector de Gestión del Hospital de Formentera.

La pitiusa menor cubre así una «demanda histórica por parte de usuarios y entes públicos» que evitará el desplazamiento de cientos de ciudadanos a Ibiza. «Cuando un paciente necesita un TAC para una patología que puede ser grave, el hecho de que además de la patología tenga que desplazarse a Ibiza para hacerse la prueba es un agravio añadido», explicó Sanz. «Además, evitamos toda la demora que supone coger el barco y que, muchas veces, echa a la gente para atrás», añadió.

En este sentido, dijo que el año pasado se solicitaron alrededor de 500 TACs que «con el incremento del turismo es posible que este año mantengamos la cifra o, incluso, la superemos».

El subdirector del centro matizó que la mayoría de pruebas son urgentes y casi el 70% de ellas programados. «Disponer del TAC en Formentera puede que haga que se utilice más esa prueba diagnóstica», dijo.

Formación

En cuanto al personal, Sanz explicó que los técnicos de Radiología que trabajan en el Hospital ya están formados en TAC, pero «han hecho un reciclaje para poder adaptarse a la máquina de último modelo». Y es que el nuevo aparato presenta un sistema de reconstrucción avanzada que además de mejorar la calidad de imagen garantiza una reducción de la radiación de hasta un 70 %.

«En el concurso de licitación también se incluyó la formación de los técnicos en esta máquina con personal propio de la casa», remarcó Sanz. Así, el importe de adjudicación fue de 321.860 euros, IVA incluido y contempla, además de la adquisición del aparato, las obras de adecuación del espacio y el mantenimiento integral durante dos años.

Cabe recordar que la convocatoria para este concurso se publicó el 15 de septiembre en el Diario Oficial de la Unión Europea (DOUE) y contó con la participación de cuatro empresas, Toshiba, Philipps, Siemens y General Electric que finalmente ha sido la adjudicataria.