El Butlletí Oficial de les Illes Balears publicó, el pasado 26 de febrero, la aprobación inicial de la actividad de comercialización de estancias turísticas en viviendas de Formentera. El problema es que su traducción al castellano ha hecho que algunas frases del documento carezcan de sentido e, incluso, den lugar a malinterpretaciones de la ley. Todo apunta a que el traductor ha jugado una mala pasado a los funcionarios del Consell de Formentera.

Uno de los ejemplos más claros se ve en el punto 1 del artículo 2 que habla sobre el ámbito de aplicación; aquí puede leerse: «Lesdisposicionsd’aquestReglamentsónd’aplicaciótantalsviviendasobjeto de comercialización de estancias turísticas como a los propietarios y las empresas comercializadoras de las mismas». Ya no es que mezcle el catalán con el castellano, sino que tampoco se usa el espacio entre las primeras palabras de la frase.

El texto también dice que la comercialización «se puede codear» con el uso propiamente de vivienda, además de repetir palabras por si no quedaba claro el contexto: «La vivienda tiene que ser tiene que ser la vivienda principal de la persona propietaria»; también aparecen palabras sueltas como «escudellam» o «foscurit» que un castellanoparlante no entiende. A estos fallos se suman errores gramaticales y de concordancia que impiden que el texto se entienda en una primera lectura.

Es preciso recordar que para trabajar en la administración pública balear los funcionarios tienen que acreditar el título de catalán, mientras no es necesario acreditar uno de castellano.