Las calles de la menor de las Pitiusas ya tienen mucho ambiente turístico. | A.C.

Terrazas desplegadas, depósitos llenos de combustible, ‘souvenirs’ a la vista y sábanas limpias. Con la llegada del mes de mayo el sector turístico de Formentera encara ya el inicio de la temporada por todo lo alto y eso se hace notar en las calles. Una Semana Santa empañada por el mal tiempo ha servido de prueba, pero ahora llega la hora de la verdad.
Restaurantes, empresas de alquiler de vehículos, tiendas y, sobre todo, hoteles ya han reunido todos sus esfuerzos para que los resultados de este verano mejoren al anterior, pero, ¿cuáles son las perspectivas que maneja el sector desde el punto de partida?
Según el jefe de promoción turística del Consell de Formentera, Carlos Bernús, el mes de mayo «las previsiones son bastante positivas», en el sentido que «hay muchos hoteles que ya han colgado el cartel de completo». «En mayo nosotros recibimos muchos viajes de prensa que invitamos en las ferias internacionales y nos estamos encontrando que a partir de esta semana y la que viene ya no tenemos dónde llevarlos a dormir», explicó.

De este modo, a partir de los datos que maneja el área de Turismo del Consell, «siempre y cuando no haya grandes cambios la temporada se prevé positiva» y será «digna», puesto que «las previsiones están yendo en la línea del año pasado».

«Antes teníamos que intentar llenar la isla sobre todo la primera quincena de mayo y ahora nos encontramos ya que muchos establecimientos ya están llenos y creemos que será similar a otros años», declaró Bernús.

Sin embargo, desde la PIME de Formentera, expusieron que el sentir generalizado en la isla este inicio de temporada varía dependiendo de la zona. En es Pujols, según la gerente de PIMEF, Lidia Álvarez, algunos hoteleros han trasladado datos «regulares» de reservas respecto al año pasado. En cambio, en otras zonas como es Caló, de momento «están mejor que el año pasado».

Por su parte, los meses de junio y julio son los que más esperanzas parecen estar dando al sector hotelero de la Pitiusa menor, pues, según Álvarez «está bastante claro que, en general, pintan bastante mejor en cuanto a reservas». En la otra cara de la moneda, agosto «está bastante tranquilo y todavía no está como otros años que a estas alturas ya estaba todo prácticamente lleno», puntualizó la gerente de PIMEF.

Carlos Bernús también señaló como efecto importante en la repercusión del turismo «la reaparición en el mapa turístico del Mediterráneo de países como Turquía, Túnez o Egipto» que, según él, «han hecho un esfuerzo titánico para recuperarse». No obstante, el jefe de promoción turística aclaró que «Formentera tiene un producto muy posicionado en un segmento de precios» que no es equiparable al de los otros destinos y expuso que, si bien muchos negocios en la isla podrían «haber crecido a la sombra de este turista prestado», esto no afectará en exceso en el cómputo global.

Semana Santa
Una Semana Santa tardía que podría haber beneficiado a muchos de los comercios que se animaron a abrir sus locales anticipadamente se vio perjudicada por el factor meteorológico.
Lidia Álvarez confirmó que a causa de las inclemencias del tiempo se produjeron cancelaciones en casi todos los puntos de la isla y que «en algunos lugares concretos», pero representativos, pasaron de un 100% de reservas a un 48% de ocupación. Asimismo, como en todo, no hay mal que por bien no venga, y es que el sector de la restauración se vio notablemente beneficiado. No corrieron la misma suerte los quioscos de playa que, en la mayoría de los casos, tuvieron que cerrar los días de tormenta.

«De no haber sido por el mal tiempo hubiese sido una buena Semana Santa, porque llegaba tarde, muy cerca de mayo y las previsiones eran muy buenas», comentó Álvarez. Pese a ello, desde el área de Turismo, Carlos Bernús insistió en que los visitantes «han estado contentos, se ha visto turismo en la isla y gracias a Dios aquellas cuatro gotas no nos han frenado a la hora de hacer actividades».