Óscar Zamorano, junto a la pared de piedra seca de la que han sustraído alguno de sus elementos.

Varios robos de losas de paredes de piedra seca en Formentera han alertado a algunos vecinos en la zona de es Cap a lo largo de las últimas semanas. Según relató ayer Óscar Zamorano, familiar de una de las propiedades afectadas, hace unos días «a una vecina de la zona le robaron algunas piedras, losas que culminan la pared» y por esta razón optó por inspeccionar la finca de sus allegados. «La primera semana no pasó nada, pero la semana siguiente nos robaron entre tres y cuatro piedras», señaló el joven.

Según Zamorano, sucesos como este le provocan «mucha rabia» porque, más allá de desaparecer parte de la propiedad de su familia, «es una finca antigua, mantenida de forma original desde el día en el que se construyó». A su vez, manifestó su enfado por que «algo que se ha mantenido más de 200 años de repente desaparezca», sumado además al hecho de que «reconstruir hoy en día una pared de piedra seca cuesta mucho tiempo y dinero».

Tal y como explicó, «si hay una pared derribada con las piedras en el suelo, rehacerla no cuesta nada», pero en casos como este las piedras se extrajeron siglos atrás del propio suelo, por lo que «cuesta mucho encontrar» material que la sustituya.

«No encontramos una explicación», declaró, no sin buscar posibles motivaciones como que simplemente sea «para hacer daño» o que alguien de fuera la haya expropiado «simplemente, porque es bonita». Además, apuntó que este tipo de losas pueden pesar de media entre 20 y 50 kilos, por lo que estimó que «habrán llegado con algún vehículo, habrán cogido y se la habrán llevado».

De momento, este vecino de Formentera no ha puesto en conocimiento de las autoridades estos hechos porque, según sus declaraciones, «ha sido algo muy reciente». Aun así, explicó que está dispuesto a «hablar con todos los afectados para ver qué vamos a hacer y si podemos denunciar, denunciaremos».

Como bien subrayó Óscar Zamorano, «el 90 % de paredes de Formentera son antiguas y tienen alrededor de 200 años», además de estar declaradas Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Tomar conciencia de su valor es indispensable para proteger nuestro entorno.