Unas de sus ilustraciones. | F.A.

En su web, Juan Moreno (www.juan-moreno.com) se define como «un ilustrador freelance y diseñador gráfico multidisciplinar, apasionado de la ilustración y el diseño y actualmente afincado en Formentera, una pequeña isla al lado de Ibiza». Por eso, viendo lo que transmite con cada una de sus ilustraciones y su trayectoria, con amplia experiencia en Barcelona, uno tiende a pensar que es de esas personas que tras llegar a la menor de las Pitiusas encontró allí su lugar en el mundo. Sin embargo, él con sentido del humor y cercanía, nos saca rápidamente del error. «Mis padres son de fuera pero llegué a la isla con 1 año».

En ese pequeño trozo de tierra se ha hecho un nombre y se ha labrado una gran reputación en todo el país. Lleva más de tres décadas creando ilustraciones que no dejan indiferente a nadie y que se caracterizan por un estilo muy característico y fácilmente reconocible. Con apenas 18 años, en 1985, Moreno fundó el fanzine ADN, el primer cómic de Formentera, y posteriormente puede presumir de haber trabajado en los álbumes Venganza y Rescaca para Ediciones La Cúpula, para historias de El Víbora, la editorial japonesa de manga Kodansa, o para distintos magazines de Barcelona. También ha hecho varias exposiciones, la primera en 1999 y la última en octubre de 2018 en la sala Ajuntament Vell de Sant Francesc, titulada Fallo de sistema.

Fue, precisamente en esta muestra donde se pudieron ver dos de las grandes constantes de su trayectoria: Su afán y habilidad para retratar la Formentera de toda la vida, alejada de los turistas del verano, y su capacidad para trasladar al espectador a un mundo fantástico que también invita a la reflexión. «Formentera es una isla muy surrealista en invierno y eso a mí me encanta, porque la Formentera llena de visitantes, agobiante y que sale en todas las guías de viaje, sinceramente me aburre mucho», explicó ayer Moreno a Periódico de Ibiza y Formentera.

«Siempre busco contar una historia»
Así, sus ilustraciones están repletas de imágenes que nos remontan a una isla que sólo los formenterenses de toda la vida o los que llevan muchos años viviendo allí conocen y que sigue siendo igual de fascinante. «A mí me encanta hacer excursiones a la Formentera profunda, recorrer y descubrir casas pagesas, huertos, coches y motos antiguos, lo supuestamente normal, y siempre con la idea de contar una historia porque si no, mis ilustraciones no tienen sentido».

Así, Juan Moreno intenta «huir siempre del topicazo de la sargantana, el faro o la playa» y prefiere decantarse por lugares míticos como Fonda Pepe en Sant Ferrán o símbolos como el barco la Joven Dolores, pero en imágenes que nos trasladan a varias décadas atrás, con coches y motos que ya no se ven. También por cosas que ha vivido en su infancia o su juventud, plasmados con su propio prisma y su forma de dibujar «muy influenciada por el comic». Así, es bastante normal que el espectador reconozca en sus creaciones las tradicionales motos Mobylette Campera, un Seat 600 o un Citroen que estuvo mucho tiempo abandonado junto a la casa en la que vivía en ‘S’Estany Pudent.

Incluso se atreve a colocar en sus ilustraciones a personajes tradicionales de la isla o que han pasado a la historia de la literatura, como el argentino Julio Cortázar – en Cortázar y el dragón. Un autonata en Formentera – o el escritor Haruki Murakamy, precisamente en la Fonda Pepe o, dar un paso más, planteando una invasión de lagartijas mutantes, gigantescas y muy verdes en la Plaza de Sant Francesc. Una ilustración muy influenciada por los cómic de serie B y las películas de los años 50.

Algo que hace por «pasármelo bien». Ahora su próximo objetivo es mejorar su técnica de pintura al óleo.