Terraza de Can Rafalet, en Es Caló, al 75%. | Toni Ruiz

Formentera entró ayer en la fase 3 sin grandes cambios respecto a la semana pasada y con las esperanzas puestas en que se permita la movilidad interislas. La vicepresidenta y consellera de Comercio del Consell de Formentera, Ana Juan, apuntó ayer que en esta nueva fase se mantiene el mismo número de comercios abiertos que en la anterior y que la mayoría son negocios que abren a lo largo de todo el año. Los comercios de temporada, por su parte, siguen a la espera de que se retome la «movilidad interislas», un hecho que podría darse la próxima semana, siempre y cuando el resto del archipiélago balear entre en fase 3. Juan recalcó que a día de hoy hay unos 80 comercios abiertos, de los que 50 están considerados «esenciales», por lo que llevan operativos desde el inicio de la crisis sanitaria.

En cuanto a bares y restaurantes, manifestó que se ha visto un «incremento» del número de establecimientos abiertos, especialmente aquellos que se encuentran «a pie de playa» y tras la posibilidad de hacer uso lúdico de las mismas. Así, bares y restaurantes pueden atender en las barras y se permite la mitad del aforo en el interior y un 75% en las terrazas, aunque como reconoce Bartolo Juan, del Hostal Can Rafalet, «trabajamos para la gente de la isla; los fines de semana aún hacemos algo, pero entre semana la cosa está muy floja». Claudio, encargado del bar La Mota en la Savina, ofrece un menú diario que se llena gracias a los operarios de las obras del puerto y a muchos isleños que ya lo conocen: «Los domingos hacemos fideuá o paella con un entrante y llenamos la terraza y, sobre todo, muchos clientes se la llevan a sus casas».

La vicepresidenta Ana Juan afirmó, además, que en esta nueva fase se registra una «flexibilización» de las restricciones que, en caso de algunos comercios, «no se nota en la práctica» ya que deben seguir manteniendo las medidas de distanciamiento. Sí se aprecia que los bares pueden hacer uso de las barras y la ampliación de los aforos tanto en el interior, hasta el 50%, como en las terrazas, hasta el 75%.

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Con respecto a los hoteles de la isla, ya hay empresarios que tienen previsión de poner en marcha sus establecimientos entre la última semana de junio y la primera de julio. Este es el caso de Juan Manuel Costa, responsable de cinco establecimientos hoteleros de la isla, que suman unas 700 plazas, y que prevé abrir en su totalidad en esas dos semanas con la incorporación de todos sus trabajadores. «Son riesgos que tienes que asumir, una vez que levantas el ERTE y abres, tienes que llamar a todos los trabajadores. Esperemos que tenga un retorno, al menos, para pasar bien la temporada», indicó. De momento, las reservas «están muy flojas» aunque espera que las noticias que se están dando últimamente por parte del Gobierno «inspiren confianza» para animar a que la gente «se empiece a mover». Vicent Tur, presidente de la patronal hotelera de la pitiusa menor, afirmó que no esperan que «la demanda empiece hasta principios de julio», aunque reconoce que «muchas reservas de julio y agosto se conservan gracias a la política de cancelaciones».

Ganas de turistas

Miquel Tur, vecino de Formentera, explicó ayer que la entrada en esta nueva fase de la desescalada «no cambia nada. Libertad ya teníamos y hasta que no se abra el puerto al turismo, esto no va a arrancar». En esta misma línea se expresó otra vecina de la pitiusa menor, Neus Roig, quien calificó la situación como «de invierno eterno. necesitamos que esta pesadilla acabe cuanto antes y empezar a ver caras nuevas que traigan alegaría a la isla y dinamicen la economía».