Turistas, poniéndose gel desinfectante de manos.

Cada día son más los turistas que van llegando a Formentera y todo hace prever que en las próximas fechas las cifras seguirán aumentando, con lo que también lo hará el riesgo de contagio por coronavirus. Por eso, ayer el Consell de Formentera presentó una campaña dirigida especialmente a los visitantes incidiendo en la «responsabilidad individual» bajo el título de: ‘Protege Formentera, ¡por ti y por todos!’. En esta campaña, se hace incidencia en las cuatro normas básicas que se deben seguir: la distancia mínima de 1,5 metros entre personas no convivientes y el uso de mascarilla obligatoria si no se puede respetar esa distancia, la higiene frecuente de manos y grupos de un máximo de 25 personas.

La presidenta, Alejandra Ferrer explicó que «para tener ojos en todas partes» han pedido el compromiso de «los cuerpos de seguridad, los socorristas, informadores, controladores de zona azul, concesionarios de playa y empresarios de negocios turísticos» con los que crear una «red de informadores» para actuar con rapidez, para evitar masificaciones «antes de que se produzcan».

La instalación de 10 antenas contabilizará el movimiento de personas a través de sus dispositivos móviles, tal y como avanzó en exclusiva Periódico de Ibiza y Formentera hace una semana. Las antenas están colocadas en la Savina, Ses Illetes, Sant Francesc, es Cap de Barbaria, es Pujols, Sant Ferran, diversas zonas de Migjorn y la Mola.

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A pesar de que esta herramienta digital fue contratada antes de la crisis sanitaria para conocer la afluencia de visitantes a diversos entornos, ahora resultará de utilidad para aportar información de posibles aglomeraciones o movimientos masivos en puntos concretos.

Según el conseller de Interior, Josep Marí, «esto permitirá que si en un punto concreto hay una alta concentración humana poder advertir en el camino de que es mejor buscar otro lugar o incluso si se considera oportuno poder cerrar el acceso».

El Consell de Formentera ha buscado también la implicación de Capitanía Marítima y la Guardia Civil del Mar para dar solución a problemas que puedan producirse con la llegada de pateras y hacer cumplir las normas de seguridad al numeroso turismo náutico que se concentra en la isla todos los veranos.