Formentera.

Ayer fue el último día de un mes de agosto, que va a ser difícil de olvidar en Formentera. En la última década, Formentera ha ido batiendo records de ocupación año tras año, hasta que la palabra «saturación» era una de las más escuchadas cada verano.

El coronavirus ha llegado para cambiarlo todo, si bien es verdad que al final agosto no ha sido la «apocalipsis» que algunos presagiaban en primavera. El turismo ha viajado a Formentera, pero con un perfil totalmente diferente. Si en años anteriores los italianos fueron el colectivo más numeroso con mucha diferencia, este año su presencia ha sido insignificante. Los turistas alemanes y británicos, también han sido anecdóticos y mucho más durante la segunda quincena de agosto, después de las recomendaciones de sus países de no viajar a España primero y cuarentenas después.

Como reconoce el presidente de la Federación Hotelera de Formentera, Vicent Tur: «Estas advertencias de los gobiernos han hecho caer las reservas en picado. Las anulaciones sin coste han sido muchísimas y en algunas ocasiones sin ni siquiera avisar al establecimiento».

A falta de los datos oficiales, Tur se aventura a decir que «los hoteles han estado este agosto al 50% del año pasado» lo cual no parece ser una mala cifra, si tenemos en cuenta que algunos llegaron a plantearse no abrir en 2020.

Las playas presentaban ayer una muy baja ocupación para un día de agosto, lo que para algunos turistas como la gerundense Cristina Feliu resulta un atractivo: «Teníamos muchas ganas de venir a Formentera y unos amigos que estuvieron a mediados de mes y que conocen la isla, nos recomendaron este momento en el que hay mucha menos gente para conocerla».

En ese mimo sentido, María y Aida, dos turistas catalanas que están pasando unos días en Ibiza, explican que «el año pasado también vinimos a Ibiza y podíamos ir de fiesta, pero como este año está todo cerrado, hemos aprovechado para conocer Formentera y venir a buscar calas vírgenes».

Ahora la isla encara un mes de septiembre incierto, que como nos confirma, Vicent Tur: «Va a mantener la planta hotelera abierta hasta octubre, a excepción de algún establecimiento con grandes infraestructuras y mucho gasto, que cerrará en la primera quincena, pero el resto seguirá funcionando». Según el presidente de los hoteleros las reservas son muy pocas y muy poco fiables, ya que se pueden anular hasta el último momento, «pero confiamos en los viajeros que deciden en el último minuto y claramente en el turismo nacional y especialmente el de las propias islas».