Bartomeu Escandell posa en su despacho.

El conseller de Hacienda de Formentera, Bartomeu Escandell (18/09/1974) trabaja con su equipo para hacer frente a un invierno que pinta duro. La institución es consciente de los problemas que están por venir.

— ¿Cómo se ha enfrentado el Consell de Formentera a esta especie de ‘montaña rusa’ económica que ha generado la crisis sanitaria del Coronavirus?
— Aprobamos el presupuesto en noviembre de 2019 y en él había unas prioridades y objetivos con sus diferentes partidas económicas, para llevar adelante el programa de gobierno. En marzo se desmantela todo, para redistribuir los recursos con los que ayudar a toda la gente que quedó desplazada dentro de la pandemia.

— El confinamiento ralentiza la política local, no se celebran plenos y se toman decisiones económicas vía decreto…
— La actividad económica de la isla, pasa de tener que empezar la temporada en marzo a estar todos confinados en casa y por tanto la economía queda totalmente parada. El dato de la ayuda a 900 personas con alimentos, es demoledor. Y eso también nos ha enseñado que al modelo de Formentera, que creíamos idílico, se le han saltado algunas costuras que habremos de trabajar para ajustarlo.

— Desde 2011 y hasta la llegada de la pandemia, Formentera ha vivido un momento turístico y económico con el que cada año rompía records. Ya entonces algunas voces advertían de lo irreal de aquella situación y recomendaban prepararse para ‘el retorno a la normalidad’. Lo que nadie se esperaba es que este cambio de situación fuese a golpe de palo.
—La crisis mundial del 2008, pilla al Consell de Formentera, recién nacido y eso hace que nuestra isla esquive la hecatombe económica. Eso nos debe hace poner en valor la trayectoria de la isla como destino turístico. La evolución de un turismo masivo, joven y de fiesta va cambiando en esos años a otro tipo de público, que valora el medio ambiente, la tranquilidad y que convierten a Formentera en un destino familiar. Eso hace que Formentera coja cuotas de popularidad muy importantes, pero ya no solo entre los italianos, recuperamos turismo familiar, turismo nacional, francés, nórdico y un número importante de alemanes que vuelven a hacer la isla suya. Y esta crisis sanitaria ha venido a poner a prueba a Formentera como destino turístico. Iniciamos la desescalada antes que los demás y eso nos benefició, y creo que la isla ha podido tener una temporada –el tiempo que ha podido estar abierta- razonablemente aceptable en comparación con nuestros vecinos y eso no es por casualidad.

— Pero la situación de cara a este invierno es muy preocupante…
—Lo es mucho, muchísimo. Hemos podido hacer una mini temporada, pero no nos engañemos los empleados han trabajado dos o tres meses y si ya era complicado llegar a final del invierno trabajando 6 meses, el próximo se va a hacer eterno para muchos. En ese sentido el Consell va a poner toda la carne en el asador para ayudar a todo el mundo.

— ¿Quién es todo el mundo?
—El sector empresarial que es el que genera actividad económica y por supuesto al trabajador a superar este invierno.

— Con la nueva situación de la ley de estabilidad presupuestaria, ustedes dispondrán de 1.800.000 adicionales y además también tienen la experiencia de las ayudas que han dado las instituciones de manera urgente. ¿Van a enfocarlo de manera diferente a partir de que acabe la temporada?
—Sin duda, vamos a hacer acciones más “quirúrgicas” para llegar a la gente que realmente lo necesite. La ayuda a los autónomos ha sido muy abierta y quizá demasiado generalista, la intención que tenemos ahora es la de ayudar mucho a poca gente y no poco a mucha gente, como se ha venido haciendo hasta ahora. Estamos trabajando todo el equipo de gobierno. Ayudas al alquiler, analizando los perfiles de aquellos que lo han solicitado, al pequeño empresario que más haya sufrido la crisis.

— Lo de los remanentes ha sido otra ‘montaña rusa’: Ahora sí, ahora los pide el gobierno, ahora no y al final, resulta que todo era bastante más fácil. Llegados a este punto, ¿con qué situación se encuentra el Consell de Formentera?
—La ley Montoro de 2012 obliga a destinar los superávits de las instituciones locales únicamente a cancelar deuda y a nosotros nos pilla con una economía saneada y por tanto acumulamos un remanente de 14 millones de euros y con la decisión que ha tomado el gobierno del Estado, ahora podemos hacer uso de los remanentes de 2019 y 2018 que hoy (por ayer) hemos sabido que es de 1.800.000 euros aproximadamente.