Un campo de cereal, ayer, en Formentera.

No todo va a ser negativo del paso del temporal de ‘Filomena’ por Formentera, al cierre del puerto el pasado viernes y la mala mar de estos días se contraponen las generosas lluvias que han venido como agua de mayo, a pesar de haber caído en enero.

Como explica el presidente de la Cooperativa del Camp de Formentera, Jaume Escandell: «los campos y los frutales estaban en las últimas. La falta de lluvias en el último trimestre del año, que son las que mejor se acumulan, ha hecho que el cereal no haya podido ni germinar y el que lo había hecho, estaba enrojeciendo, síntoma de su agonía».

Formentera debe su nombre al topónimo latino Frumentaria, que significa tierra de trigo y desde tiempos del imperio romano, se ha cultivado avena, cebada y especialmente trigo de secano, por lo que es muy importante que la pluviometría sea generosa con la tierra.

En los últimos años el balance de lluvias ha sido siempre inferior a los 400 litros por metro cuadrado al año y según Escandell: «El clima mediterráneo es así, tiene ciclos y cuando se estanca en poca lluvia, la situación dura algunos años, pero este ciclo está siendo demasiado largo y el campo lo está pasando mal».

La Cooperativa del Camp se reactivó el pasado 2017 con el objetivo de dinamizar el sector agrícola y ganadero de la isla, que se había perdido en los años de máximo esplendor del turismo. Desde entonces la organización que cuenta con el apoyo de la institución insular, ha puesto en marcha un programa de recuperación de tierras para el cultivo, que cuenta con la cesión de 250 hectáreas de terrenos que estaban abandonados y que se han recuperado. Escandell afirma que «estamos muy animados porque algunos de nuestros socios se han atrevido a plantar olivos y cereal y los beneficios de la cooperativa se han incrementado entre un 25 y un 30%».

Las previsiones para los próximos días son de ausencia de lluvias a pesar de las nubes y temperaturas suaves, aunque frías por las noches y primeras horas de la mañana.

De cara a primavera habrá que encomendarse al cielo para que «en Abril, Mayo que es cuando realmente hace falta para acabar de hacer la semilla del cereal y para ayudar a las plantas en el momento de la recolección, es cuando necesitaríamos otro episodio de lluvias generosas. Veremos, dependemos mucho de lo que nos cae del cielo y así nos va».