Higueras recuperadas en un campo de trigo ‘xeixa’.

Corren tiempos difíciles para iniciativas empresariales, pero a pesar de ello los sueños pueden hacerse realidad. Es el caso de la familia Boned Bufí, que gestiona los complejos hoteleros Ses Eufabietes, Casbah y Apartamentos Roca Plana, sus respectivos restaurantes y el más reciente, Aiguaisal en Formentera.

Después de años de adecuación de los apartamentos, el hotel y los restaurantes, la segunda generación de los Boned ha decidido hacer realidad el sueño de los anteriores propietarios, haciendo una importante inversión en la rehabilitación y recuperación de los recintos cultivables de la enorme finca que va desde el Camí Vell de La Mola, hasta la playa de Migjorn en la zona que conocemos como es Mal Pas.

Para ello han contratado a dos pageses virots que están emocionados con el proyecto, Juanito d’en Talaies manifiesta que «la tierra de Formentera, siempre se ha dicho que es muy agradecida. Bien trabajada da unos frutos extraordinarios, nuestra mayor lucha, será siempre la de la necesidad de agua». Por otra parte Juanito des Camp se muestra emocionado con su nueva labor «»mpezamos en octubre, en estos campos que estaban abandonados y después de desbrozar, labrar y cultivar, ahora da gusto mirarlos, es muy ilusionante».

La primera fase del proyecto llamado Agroturismo Cas Majoral, ha sido la recuperación de 5 hectáreas de terrenos agrícolas en los que se han sembrado, cebada y trigo de la variedad autóctona xeixa. Como explica el propietario, Juan Boned, este solo es el primer paso «esta semana sembraremos 1000 olivos de las variedades arbequina, picual i Koroneiki, para elaborar nuestro propio aceite y acondicionaremos recintos como huertos en los que cosechar producto de kilómetro cero, de la mejor calidad, y surtir con ellos a nuestros restaurantes».

En esa misma linea, según Boned, «en breve plantaremos 400 higueras autóctonas, de cultivo intensivo, para comercializar higo fresco y seco, de la forma tradicional de nuestra isla».


Un viejo sueño
Cuando hace décadas la familia compró los terrenos que ocupan sus apartamentos turísticos al carismático, Don Pepito Morales y su esposa doña Rita Juan, estos manifestaron su deseo de que la propiedad fuese cuidad y cultivada. Boned confiesa, «es un compromiso con su memoria y la estima que ellos tenían para esta tierra y que nuestra familia quiere respetar. A pesar de no ser un buen momento, hemos querido dar un paso adelante y diversificar nuestro negocio en un sector tan complicado como el del campo, pero creemos en nuestra tierra».

Otra de las labores realizadas hasta ahora, ha sido la recuperación de centenares de metros de pared de piedra seca, siguiendo el método ancestral de la isla, que otorgan un aspecto muy atractivo a los campos cultivados.

La cooperativa del Camp de Formentera está aportando asesoramiento y colaboración en esta iniciativa, que celebran al tratarse de un esfuerzo de la empresa privada. Recordemos que la cooperativa fue recuperada el pasado 2015, para reactivar el sector primario de la isla, con el apoyo del Consell de Formentera. Desde entonces se han cedido más de 250 hectáreas por parte de particulares, para que la entidad se encargue de su adecuación y cultivo.