Largas colas en un supermercado de Formentera. | Toni Ruiz

Largas colas en los supermercados, las playas hasta la bandera, atascos kilométricos en la carretera, ese es el panorama que se vive en este momento en Formentera. Ni más ni menos que lo mismo de cada año en agosto, pero en este año de pandemia, hace unos meses ni el más optimista se atrevía a dibujar un escenario como este.

El presidente de los hoteleros, Juanma Costa explica que «la temporada empezó flojita y con mucha incertidumbre, pero hemos tenido un mes de julio excepcional con los hoteles al 100% y la gran demanda ha permitido a muchos establecimientos poder subir los precios respecto a 2019». Por lo que respecta al presente mes de agosto, los datos son aún mejores, «ahora mismo en la isla, prácticamente no hay ninguna habitación disponible y las reservas para septiembre nos indican que este también va a ser muy bueno» confiesa Costa.

Desde luego no hay más que pasear por cualquiera de los núcleos urbanos de la isla o acercarse a sus playas más populares para constatar que parece que a Formentera no haya llegado el virus, pero este si lo ha hecho y eso se ha notado en algunos negocios que han tenido que cerrar durante algunos días al haber aparecido casos positivos entre su personal.

Eso preocupa especialmente al presidente de la patronal hotelera: «frente al virus no podemos bajar la guardia ni un segundo. Con un pequeño despiste podemos crear un gran problema, que derive incluso en el cierre de un establecimiento en el momento más álgido de la temporada».

A diferencia de años anteriores, el turista italiano ha pasado al segundo lugar del ranking dejando el primero para los clientes españoles que por primera vez son los más numerosos. «Se van incorporando también portugueses, suizos y alemanes y algunos otros mercados más pequeños que al final completan una gran variedad de nacionalidades» explica Costa.

En cuanto al perfil de turista, Costa explica que «no ha cambiado respecto a otros años. Quizá sean un poco más jóvenes, pero sigue siendo un perfil de turista de calidad con ganas de disfrutar de la isla y de un poder adquisitivo medio-alto».

Por lo que respecta a la oferta complementaria, a juicio del hotelero «también están haciendo una muy buena temporada. En este momento si intentas conseguir una mesa en un restaurante de la isla lo vas a tener difícil. La gente ha venido con ganas de vacaciones y eso se nota».