Una de las barcas de Formentera arribanco al puerto de Ibiza. | Marcelo Sastre

La agrupación Gent per Formentera (GxF) ha solicitado este jueves formalmente a sus socios de gobierno del PSOE una reunión de «urgencia» de la comisión de seguimiento del pacto en el Consell insular para debatir sobre la no inclusión de la reducción de frecuencias entre las Pitiusas en el reglamento de Transporte Marítimo elaborado por el Govern balear «por tratarse de uno de los principales ejes programáticos del acuerdo entre las formaciones». La finalidad de esta reunión, según indicaron en un comunicado, es «impulsar y acordar acciones que promuevan una rectificación urgente por parte del Govern de las Islas Baleares y de la presidenta Francina Armengol».

Desde la formación local indicaron que la negativa del Ejecutivo autonómico a incluir la alegación planteada por la institución insular relativa a la reducción de frecuencias «pone en evidencia que el hecho de que el Govern    no escucha las reivindicaciones que se hacen desde hace doce años en relación a la necesidad de proteger nuestro entorno marítimo, a la vez que no ejerce sus competencias ni atiende sus compromisos respecto a esta cuestión, que es fundamental para nuestra isla».

Recordaron a su vez que, a día de hoy, «tenemos casi 150 frecuencias de línea regular y las embarcaciones de excursiones continúan haciendo cola para entrar al puerto o para llevar gente a Espalmador de forma ilegal». Mientras tanto, continúa el escrito de los socios de gobierno del PSOE en Formentera, «los fondeos continúan sin una regulación efectiva, y un año más se multiplica su presencia en nuestras costas creando graves problemas como la contaminación de nuestras aguas , vaciando las sentinas o fondeando sobre la posidonia».

«La presión que genera sobre el medio ambiente el hecho de que el trayecto entre Formentera e Ibiza sea el más transitado del Mediterráneo en los meses de verano es del todo insostenible», insistieron desde la agrupación política, «y el Govern, pese a que cuenta con datos de elaboración propia que lo acredita, está pasando por alto el hecho de que en el año 2019 aprobó la Ley de Cambio Climático y Transición Energética, así como la declaración de emergencia climática, hechos que le obligan sin ningún tipo de excusa a tomar medidas contundentes», especialmente en el ámbito de las áreas marinas protegidas.

Criticaron a su vez al Ejecutivo autonómico, a la Autoridad Portuaria de Baleares y a Demarcación de Costas por «encontrar siempre nuevas excusas para trasladar la responsabilidad de unos a otros, y lo cierto es que atienden más las demandas del lobby de empresas náuticas que las demandas de la ciudadanía y de sus legítimos representantes».

Asimismo, lamentaron la «falta de voluntad política para encontrar soluciones a este grave problema»    y aseguraron que «no nos detendremos ante esta negativa», además de avanzar que están trabajando en nuevas propuestas «como el impulso de una nueva ley de transporte marítima», algo de cuya necesidad ya hizo bandera la agrupación Sa Unió, al considerar que la actual, de 2012, está ya desfasada.

Por su parte el secretario general del PSOE de Formentera, Rafael Ramírez, aseguró que «no tiene mucho sentido» la crítica realizada por GxF a la no inclusión de la reducción de frecuencias en el reglamento de Transporte Marítimo ya que «les hemos explicado muchas veces q el decreto no es el instrumento para regular frecuencias». «Creo que les parece mal q este año haya menos frecuencias y se regule parcialmente las excursiones, cuando ellos en 14 años no han hecho nada», recalcó.

De cualquier forma, manifestó que este nuevo encontronazo entre los socios de gobierno «no tiene la suficiente entidad como para crear una crisis de gobierno».

Desde Sa Unió de Formentera su portavoz, Lorenzo Córdoba, insistió en que nunca había habido problemas con el exceso de frecuencias entre las Pitiusas hasta que, tras la aprobación de la Ley de Transporte Marítimo en 2010    GxF denunció a las navieras «porque lo que hacían justamente era intentar repartirse los trayectos para no tener que salir dos barcos al mismo tiempo y que, el barco que saliera, lo hiciera con el máximo de ocupación para que fuera rentable para todas las compañías».

Tras la decisión de Competencia de que las navieras no podían acordar viajes, «cada una empezó a salir cuando le interesaba», que solía ser en las horas de más demanda, «por lo que se empezaron a duplicar y triplicar viajes», lo que ha sido uno de los gérmenes de la actual situación.