Vista de la pancarta que luce la empresa náutica desde hace unos días.

Emigrar a Lanzarote para sacar adelante un proyecto de submarino turístico que, en un principio, estaba pensado para recorrer los fondos marinos de Formentera y las praderas de posidonia. Este es el futuro que le espera Sergi Gómez, propietario de la Náutica Hélix, tras tomar la decisión de cerrar definitivamente las puertas de su negocio ante la imposibilidad de asumir los costes derivados de la nueva concesionaria de los amarres y locales de la dársena interior de Poniente del puerto de la Savina.

Gómez recalcó que el problema se inició merced al pliego de condiciones que redactó la Autoridad Portuaria de Baleares. Dicho pliego permitió que una empresa ofreciera alrededor de 1,7 millones de euros «por 50 amarres y 14 locales comerciales», lo que supone que, como mínimo «tiene que generar ese dinero para ser rentable».

Esto supone, según reveló el propietario de la Náutica Hélix, que pasarían de pagar 1.700 euros mensuales por el alquiler de su local a 12.000, y los amarres de sus 20 embarcaciones pasarían de 4.000 euros a más de 25.000. «Nosotros no estamos dispuestos a pagar estas cifras», aseguró.
Indicó a su vez que, si tanto la APB como la empresa concesionaria «se creen que van a atraer con estos precios el lujo al puerto de la Savina están muy equivocados». «Aquí no va a dejar de venir el turismo que siempre ha venido. Esto no es Ibiza con los Ferraris y las tiendas de Gucci. Aquí eso no va a pasar», vaticinó Gómez.

En cuanto al futuro más inmediato, el propietario de la náutica dijo que pasa por vender todo para poder pagar deudas. «Al tener una flota tan importante de barcos todavía tenemos una deuda parcial sobre alguno de ellos, y cuando cerremos nos tocará venderlos todos». También indicó que están vaciando la náutica de todos los efectos navales «que por suerte nos está comprando otra empresa de la isla».

Y tras liquidar todo lo relacionado con la empresa en la menor de las Pitiusas, el siguiente paso es buscarse la vida en otra isla muy lejana. «Teníamos un proyecto muy interesante que llevábamos realizando desde hace tres años», recordó Sergi Gómez. «Se trata de un submarino S30» de 20 metros de eslora y una capacidad para unas 30 personas «que tenemos en Lanzarote». En un principio, se trataba de un proyecto de negocio que iban a desarrollar en Formentera «pero no lo pensamos traer por la incertidumbre que hay en el puerto. Nos quedaremos en Lanzarote a trabajar con el submarino, esta es la salida que tenemos».

Más cierres

Gómez insistió en que «estamos muy quemados con esta situación, aunque aseguró que no era los únicos negocios ubicados en el puerto de la Savina que tienen previsto cerrar definitivamente sus puertas. «Son muchas las empresas que ya han tomado la decisión de cerrar», subrayó.

Por otra parte, los empresarios de alquiler de embarcaciones en s’Estany d’es Peix manifestaron ayer su decisión de volver a ocupar esas aguas la próxima temporada. «Seguimos teniendo incertidumbre total porque no se sabe nada, y trabajas pensando que en cualquier momento vendrán a echarte o se sacarán una norma o alguna cosa de la manga y te fastidiarán», relató el portavoz de la Asociación de Usuarios Profesionales del Estany, Ferran Lopera, en referencia al Consell de Formentera.

Señaló a su vez que, tras la última reunión mantenida con el abogado de la asociación, «se nota que la gente está viendo claro que esto es un despropósito total y que la sexta (los barcos de alquiler) no era el problema, que el auténtico problema es que lo hacen todo muy mal».

En este sentido, recordó que «los particulares no se quieren ir del lago para que continúen las obras», además de adelantar que el Fiscal de Medio Ambiente «ya está investigando al Consell» por un presunto delito medio ambiental.

También dijo que el Tribunal Superior de Justicia de Baleares había vuelto pedir, por segunda vez, explicaciones a la administración insular «tras conocer el informe de Competencia en el que se decía que no se entendía que se marginara a las embarcaciones de la línea sexta en relación con las de los particulares». Además, informó que se había interpuesto una denuncia urbanística contra la institución insular «por ejecutar una obra que difiere del proyecto ejecutivo».

De cualquier forma, insistió en que «el año que viene volveremos a poner nuestras barcas en el lago y seguiremos dando guerra hasta que nos den una solución. No vamos a parar ni a dejar que nos quiten nuestro trabajo», sentenció.