El tráfico de vehículos por la carretera es constante y en verano se multiplica. | (c) Sergio G. Canizares

La carretera que cruza el barrio de Ca Na Negreta, del municipio de Santa Eulària, es el mayor dolor de cabeza de todos los vecinos de la zona. Un problema que debería quedar solventado con la reforma de la carretera de Santa Eulària que desviaría todo el tráfico a una circunvalación que rodearía la zona. El presidente de la Asociación de Vecinos de Es Burell, Lluis Mariano Torres Juan, aseguró que en verano puedes estar hasta 30 minutos esperando para poder cruzar la carretera, “incluso alguno ha cogido y se ha ido por no poder cruzarla”, señaló. El paso de coches en invierno es constante pero en verano la situación es insostenible: “El Consell d’Eivissa nos prometió un semáforo a la altura de la parada del autobús para antes del mes de agosto y estamos a noviembre y nada”, dijo Torres. Se quejó de que cuando hay elecciones siempre dicen que lo solucionarán en seguida y luego nada”, lamentó. Son conocidos los atropellos en esta zona, y además Torres cree que la carretera “dificulta que la gente compre, si se desviara el tráfico abrirían más negocios que ahora están cerrados y habría más vida”, apuntó.

Otro grave problema es que no tienen agua corriente. “Todas las tuberías e infraestructura están hechas sólo falta conectarlas, y no sé porqué no lo hacen”, dijo el presidente de la zona que explicó que la gente “tira con agua de pozo y quien no dispone de pozo tiene que instalarse un depósito”.

En el barrio no hay ningún lugar donde pasear, tanto es así que la fiesta de la zona, que celebran por Sant Cristófol en el mes de julio, la celebran en la plaza del pueblo de Jesús, donde hacen una fiesta de agua para los niños del barrio.

Torres también se queja del olor de la depuradora, asegura que los camiones, llenos de lodos, van a abonar los campos de la zona y el olor en verano es insoportable: “En la terraza del bar Can Toni no se podía estar en verano del mal olor. Echan los lodos de abono pero luego no lo tapan, fermenta con el calor y el olor es muy fuerte”, advirtió Torres.