OSCAR RIBAS La Junta de Arbitraje de Consumo es el «defensor del cliente» en Balears. Su misión es decidir de una forma rápida y ágil en las disputas que surgen entre cliente y vendedor sin tener que recurrir a la justicia ordinaria. Para acudir a ella es imprescindible, sin embargo, que el establecimiento esté adherido a este organismo de mediación.

Por el momento, en las Pitiüses sólo 19 empresas han optado por adherirse a este servicio, que tiene un mayor arraigo en otras localidades. Pese a todo, el año pasado la Junta recibió siete solicitudes de mediación desde Eivissa, cuatro de ellas relacionadas con problemas con las lavanderías. A parte de las 19 compañías pitiusas que forman parte de esta institución, hay que señalar que las grandes compañías nacionales (como Airtel, Telefónica o Correos) también están inscritas.

De las siete reclamaciones del año pasado, la Junta ya ha emitido dos laudos: en el primero se trató de una reclamación presentada por un pasajero de una línea marítima que se quedó en tierra debido a la huelga de la compañía. Esta persona consideraba que el paro no fue anunciado debidamente y reclamaba a la empresa 75.000 pesetas. Finalmente, la indemnización que cobró fue de 26.000 pesetas.

La otra intervención de mediación de este año que ya tiene «sentencia» de la Junta se debió a una negligencia de una lavandería. Una señora llevó un vestido a la tintorería; esperaba que le devolvieran el traje limpio, pero se encontró con sólo con unos cachos de tela. Los «jueces» de la mediación de arbitraje consideraron que los desperfectos eran subsanables, así que la indemnización se quedó en el coste de la reparación.