Barceló utiliza su propio barco para enseñar a sus alumnos a navegar de un modo seguro.

N avegar es un modo de vivir, una forma de descubrir la libertad. Es como si miraras el mundo desde el horizonte», así justifica Pedro Barceló la pasión de tantas personas por la navegación, por los barcos: «No sabría describir qué es aquello que me atrae de los barcos, lo que sí sé es que me apasionan».

Pedro Barceló, patrón mayor de cabotaje, patrón de pesca de altura, capitán de pesca y monitor nacional de cruceros, creció entre barcos «porque mi padre era marino». Empezó a estudiar Empresariales, pero lo dejó «porque mi auténtica pasión eran los barcos».

En la actualidad, Barceló es el único monitor de cruceros de la isla. Como él explica, su objetivo es que «las personas interesadas en la navegación pierdan el miedo a navegar solos». Para ello, lo primero que Pedro Barceló enseña a sus alumnos es el barco en si mismo: «Por mi parte -apunta-, me gustan más los barcos que la navegación». Los barcos, en su opinión, son «un ente autónomo» que hay que cuidar y conocer. «Son como una casita en miniatura y mantenerlo a punto es casi como un juego», añade.

Conocer el material del que dispone el barco, el sistema eléctrico, la puesta en marcha del motor, la situación del amarre, la preparación en el puerto, el izado de las velas, hacer correctamente los nudos básicos, son algunas de las nociones que Barceló considera imprescindibles para que el futuro marino «se siente cómodo en el barco».