De cuatro a cinco de la tarde, el colegio de L'Urgell de Sant Josep se convierte en una selva. Los 25 alumnos que forman el grupo de teatro del centro -dirigido por Guisante- dejan de ser chavales para convertirse en auténticas panteras, monos, buitres o serpientes.

Hablan poco, gruñen bastante, y sus movimientos no dejan lugar a dudas: son animales selváticos y, como tales, protagonistas de una versión libre de la obra cumbre de Rudyard Kiplig, «El libro de la selva». Suna interpreta a Mowgli; Andrea, a Baloo; Inés, a la serpiente y a un mono; Vivian, al pasajero de un avión y a un buitre; Ana a un Ka -el tigre-, un lobo y al jefe mono y así sucesivamente. Prácticamente todos los miembros del grupo interpretan más de un personaje. De este modo, la representación de la obra -concebida por Guisante como una danza teatral con poco diálogo- se convierte en una espectacular coreografía cuajada de entradas y salidas de personajes.

Los chavales trabajan duro y en serio. Queda poco para que se celebre la séptima edición de «El Festín» -Festival de Teatro Infantil-, en el que estrenarán la obra que han estado preparando desde principio de curso. No obstante, las razones que los alumnos del grupo de teatro de l'Urgell argumentan apropósito de su afición al teatro son, en principio, otras: «Venimos a clase para estar lejos de casa», «porque lo pasamos muy bien», «para irme muy lejos algún día».