Tener un amigo nunca es cosa de modas. Escoger y acertar requiere paciencia y aún así, esa nunca es garantía de que salga bien. Comprarlo ya es otro asunto. Hace años cobró gran auge el adquirir un perro en tiendas especializadas. Un hábito que perdura pese a los cambios que, como en cualquier mercado que se precie, se ajusta a las leyes de la oferta y la demanda. De ahí que las razas que unas temporadas se solicitan más, en el periodo siguiente terminen condenadas al olvido. No obstante, existen unas bases que permanecen inmutables: los jóvenes suelen ser los que se deciden por animales arriesgados, aventureros y de mayor tamaño, mientras que las familias optan por los pequeños de talante más tranquilo y cariñoso.

«En los últimos tiempos, desde que empezaron las informaciones acerca de especies peligrosas y demás -señala Eduardo de la pajarería Pascual- la gente de menor edad pide de forma creciente los pitbull, fila brasileño o, simplemente, sin preocuparse por el nombre concreto, los canes de pelea o asesinos». Son los citados ejemplares aptos para rastreo o ejercer como guardianes, cuyo precio oscila entre las ochenta y las ciento veintemil pesetas. La obediencia y la lealtad, lejos de condiciones malévolas que se les atribuye, son los rasgos más destacados de su carácter. La personalidad del dueño es esencial a la hora de adiestrarlos, siendo especialmente sensibles a la entonación de la voz.

En relación a las preferencias de la clientela Juan Manuel Guerrero de Eivifauna, posee una visión muy diferente, bastante más tradicional: «el cocker continúa siendo una de las ventas principales». Adecuado para deportes de campo, es un indiscutible elemento de compañía. Muy afectuoso y de naturaleza afable, equilibrado, alegre y noble, tiene gran resistencia y resulta tranquilo en el interior del hogar. De similares características, están los caniches, cuyo máximo problema con respecto a las visitas es su anuncio. A pesar de ello, Guerrero no niega que entre ciertos sectores las preferencias se decanten hacia perros con mayor envergadura, donde el pastor alemán es todo un clásico.