N o hace más de un año y medio que Gaia vio la luz por primera vez. Desde entonces, han quedado dos veces segundos en el certamen Sargantana Rock, fueron finalistas en el Imagina Rock y han ganado el concurso de Rocking rockers -lo que, además de reportarles 125.000 pesetas les da la posibilidad de actuar como teloneros de la Oreja de Van Gogh. Es uno de los grupos ibicencos que más está sonando en los escenarios de la isla. Se toman la música en serio y están empeñados en crear su propio estilo. Componen -música y letra- todas sus canciones y en la actualidad, con un repertorio que ronda los 20 temas, sólo tienen una cosa en la cabeza: grabar su primera maqueta. Mientras tanto, no pierden el tiempo y actúan allá donde les llaman. Hoy se hallan en Menorca tocando en la sala Akelarre dentro del marco del certamen Hermanos Menores. Definen su música como rock acústico, sus letras, basadas en experiencias personales, situaciones y estado de ánimo», apelan al sentimiento más que a la lógica. La diferencia de edad entre los miembros del grupo es una de sus principales características: el más joven, Joan Barber, batería, tiene sólo 14 años: «Esto, a veces, nos crea problemas, por ejemplo, a la hora de acudir a un concierto que se celebra a altas horas de la noche», comenta el más veterano del grupo, Richard Gutiérrez, voz y alma del grupo. José Antonio Jiménez, guitarra acústica; Juan Domenech, guitarra eléctrica y Jano Blanco, bajista, son los otros componentes del grupo.

Algunos son músicos veteranos de la isla que han pasado ya por otras formaciones, otros, como José Antonio Jiménez, actúan en un grupo por primera vez: «Por mi parte, no me lo puedo creer. Es la primera vez que formo parte de un grupo y en Formentera, por ejemplo, -donde se celebró el concurso de Rocking rockers- nos sentimos como verdaderas estrellas del rock». Uno de los principales problemas que Gaia ha tenido que afrontar es los 14 años que median entre el menor y el mayor de sus miembros: «Sin embargo, lo hemos superado bien, consiguiendo un grupo compacto y sólido», asegura Richard. «El secreto es hablar las cosas», añade José Antonio.