OSCAR RIBAS Pese a la localización e inmovilización en las Pitiüses de más de tres toneladas de pollos y productos elaborados con grasas animales procedentes de Bélgica, sospechosos de estar contaminados con dioxinas, todavía ayer se podían adquirir en Eivissa chocolates y patatas procedentes de ese país y elaboradas con esos ingredientes. El de mayor consumo son los típicos huevos de chocolate Kinder, que se expendían en varios establecimientos de la isla, o las patatas Pringles, de reciente aparición en el mercado español. Sin embargo, en este último, sólo puede haber peligro en algunos casos, puesto que esta marca fabrica este aperitivo con varios sabores "que se corresponden con envases de distintos colores" y sólo uno de ellos puede presentar problemas.

El director general de Sanitat del Govern, Joan Crespí, explicó ayer a este periódico que su gabinete ha dado órdenes concretas a todos los distribuidores y establecimientos de retirar todos los huevos Kinder y patatas Pringles. Sin embargo, esta orden no ha llegado a todos por igual: mientras que en las grandes superficies y cadenas de supermercados ayer no había ni rastro de estos productos, en los pequeños establecimientos y bares se podían adquirir con toda normalidad, tal y como pudo comprobar este periódico. «No hemos podido llegar a todos los sitios en tan poco tiempo. De todos modos, las inmovilizaciones continúan hasta que desaparezca del todo el peligro», explica Crespí.