Los opositores, enfrentados a las preguntas del examen que tuvo lugar en Blanca Dona. Foto: VICENÇ FENOLLOSA.

CONCHA ALCANTARA «Nunca se preparan bastante unas oposiciones», confiesa Eva Chaves, con los nervios aún a flor de piel, tras salir del primer examen de las oposiciones a personal docente convocadas por la Conselleria d'Educació del Govern balear. Junto a ella está Neus Riera, mucho más tranquila, tal vez porque es el segundo año que se presenta a estas oposiciones. Ambas se han examinado de la especialidad de educación infantil. «Era un tema sencillo», apuntan. A Neus y Eva las acompaña Salomé Chulvi, que se ha desplazado desde Valencia.

El coordinador de los tribunales y presidente de uno de ellos, el de Pedagogía Terapéutica, Miguel Angel Mansilla, destaca la presencia de valencianos que se han desplazado a Eivissa para hacer estas pruebas.

Después de realizar el primer examen escrito de los dos que tuvieron que efectuar ayer los opositores, el común a todos y el de la especialidad, los primeros comentarios que surgen están relacionados con su estado de ánimo: «¿Nervios? ¡Muchos!», apunta Mansilla. La tensión en el cuello o un intenso dolor de cabeza son los primeros síntomas del estado de nerviosismo que se vive entre los aspirantes a una plaza de profesor. Francisco, Marta y Amparo están satisfechos del examen: «Nos ha salido mejor de lo que pensábamos», comenta Francisco. Sin embargo, la cuestión no es aprobar «sino sacar la nota más alta», precisan. Entre ellos no cunde el desánimo y se preparan para la siguiente prueba.

A partir de hoy, los opositores empezarán a leer los exámenes realizados ayer e introducidos en sobres lacrados.