Tiene 22 años y una percha impresionante. Se llama Maverick, y se gana la vida quitándose la ropa: es uno de los strip boys más reputados de Europa. Ha trabajo en su país "la República Checa", Bélgica, Alemania y Austria. Ha venido a Eivissa para descansar junto a su manager, Alex, pero asegura que si recibe alguna buena oferta está dispuesto a realizar un pase privado.

Tiene novia, pero eso no afecta a su trabajo, puesto que ella también se dedica a este mundo. Se considera un artista. Para su trabajo tiene que recibir clases de baile. Además, no se crean que su cuerpo escultural es fruto del azar, puesto que se machaca los músculos dos veces al día en un gimnasio, además de practicar el aerobic.

Ha trabajado con hombres y mujeres y tiene muy bien aprendidas las diferencias entre los dos públicos: «A las mujeres les importa el físico y el sex-appeal, mientras que a los hombres les gusta fijarse más en todo el espectáculo. Bueno, creo que los hombres son más exigentes que las mujeres». ¿Se lo están preguntando, verdad? Pues sí, el mozo llega hasta el final: se queda totalmente desnudo sobre el escenario, nada de streptease a los «full monty».

Maverick tiene muy claro que sus espectadores cambian mucho de un país a otro. Por lo que cuenta, son los checos los que mejor saben admirar su espectáculo. «Actué una vez en Mallorca y, la verdad, me llevé una muy buena impresión. Acabé muy contento».