El obispo de Eivissa, Agustín Cortés Soriano, durante la ceremonia celebrada en la Catedral, recibe de manos de los fieles los ramos de flores que visten a la virgen. Foto: GERMÁN G. LAMA.

Las altas temperaturas que se vivieron a lo largo de todo el día ayer en Eivissa no lograron deslucir la festividad de Nuestra Señora de las Nieves, patrona de Eivissa. Los actos programados para la jornada comenzaron a las diez de la mañana, con una misa oficiada por el obispo, Agustín Cortés Soriano, en la Catedral. El religioso repitió la eucaristía a las siete de la tarde, esta vez con la presencia de las autoridades y de un numeroso público que se acercó al templo para realizar la tradicional ofrenda floral a Santa Maria. Además, esta ceremonia fue amenizada por el Cor del Patronat Municipal de Música. Balladors de tres colles diferentes de ball pagès ofrecieron un corto pero muy aplaudido espectáculo a la salida del oficio. Acto seguido, el Ayuntamiento de Eivissa celebró una recepción en el claustro del Consistorio.

Pero las actividades más concurridas comenzaron con el sol ya puesto. A las diez y media de la noche, el periodista José Manuel Piña subía al escenario instalado en el Parque Reina Sofía para presentar al alcalde, Xico Tarrés, quien pidió a las cerca de 3.000 personas "que esperaban la actuación del gaitero asturiano Hevia" que se volcaran en estas Festes de la Terra.

El público todavía tuvo que esperar un poco más para escuchar la gaita eléctrica de Hevia, puesto que una de las voces más conocidas de nuestro país, la de Concha García Campoy, leyó el pregón de este año. La periodista "ibicenca de adopción, como ella se definió" habló en castellano "a excepción de una corta introducción" algo que una parte del público recibió con aplausos. La locutora recordó la «pequeña gran historia» de Eivissa, que «ha crecido con el mestizaje». Una gran parte de los espectadores tuvieron que conformarse con seguir la actuación fuera del recinto, a través de una gran pantalla instalada para la ocasión.