Siempre que puede Emma Suárez viene a Eivissa para descansar de su trabajo. Foto: JULIÁN AGUIRRE.

Aprovechando el escaso tiempo libre que le deja la promoción de su última película, «La ciudad de los prodigios», en la que comparte protagonismo con Olivier Martínez, Emma Suárez ha vuelto a Eivissa donde descansa en compañía de su pareja, el psiquiatra catalán José Luis Fábregas, y su hijo de seis años.

La isla ha acogido a la actriz madrileña con la naturalidad que la caracteriza, ya que se ha convertido en un rostro habitual de las costas ibicencas donde tiene fijada una residencia.

Durante su última estancia, la ganadora del Goya por el papel de Diana, condesa de Belfor en la película de Pilar Miró «El perro del hortelano», salió a navegar junto a unos amigos para disfrutar de otra de sus grandes pasiones, además de la familia, el mar. Mientras su carrera profesional se consolida cada día más -por si a alguno le quedaban dudas- parece que también en el apartado personal la firmeza se ha convertido en una constante.

Unida sentimentalmente desde hace dos años al psiquiatra catalán José Luis Fábregas tras su ruptura con el director de cine Juan Estelrich, de cuya relación nació en 1993 Juan, una de las musas de Julio Medem parece volcada en su trabajo manteniendo la vida privada al margen de rumores, desmentidos y portadas.

Desde que en 1978 debutara con el filme «Memorias de Leticia Valle» la trayectoria de Emma Suárez está vinculada a grandes títulos del panorama nacional y pequeñas incursiones en la pequeña pantalla como las series «Fragmentos de interior», «Crónica del alba» o más recientemente «Querido maestro», en la que también participaba Inmanol Arias.