A las puertas de cumplir sus previsiones. Quizá no fueron 14.000 las personas que llenaron sa Pedrera de Sant Antoni "como esperaba la cadena de televisión" pero tampoco se quedaron muy lejos. Según los datos aportados por una de las responsables de prensa, a última hora se habían vendido entre 8.000 y 12.000 entradas para el concierto.

El aspecto que ofrecía esta antigua cantera abandonada en la madrugada del pasado martes era, pese a todo, de lo más animado: miles de personas agitándose al ritmo de la música que escupían los cientos de altavoces repartidos por el lugar.

Sa Pedrera se fue llenando de clubers "turistas, en su mayoría británicos, que visitan Eivissa atraídos por sus discotecas" hacia las tres de la mañana. A esa hora, el impresionante dispositivo habilitado por la organización funcionaba a pleno rendimiento para atender el maremagnum de gente dispuesto a pasar una noche de lo más movida.

El recital no se paró ni siquiera en el momento en el cual se lanzaban los fuegos artificiales desde la bahía de Sant Antoni, que ayer celebraba su patrón, Sant Bartomeu. Los artificios pirotécnicos sobre el cielo parecían, más bien, otro elemento de decoración más pagado por la cadena de televisión.

A las seis de la madrugada, el volumen de la música fue descendiendo hasta desaparecer. Era el fín del «MTV Ibiza 99», que supuso un reguero de gente que bajaba, agotada, hacia Sant Antoni. Los menos, optaron por seguir la fiesta en los after hours, que una pléyade de tiqueteros se encargó de promocionar durante el concierto. Por supuesto, no hubo bises.