Cualquier embarazo arrastra consigo una dosis importante de expectación. Si los padres son primerizos el nerviosismo aumenta, pero si a todo eso hay que sumarle la noticia de esperar trillizas, la experiencia se convierte en todo un acontecimiento. Eso es lo que les ha ocurrido a Juan José Ferrer y a Ana Costa, una pareja de Sant Antoni que ha pasado de no saber prácticamente nada sobre niños, como ellos mismos reconocen, a tener tres preciosas niñas a su cargo. María, Victoria y Lucía, quienes mañana cumplirán un mes de vida, son, sin saberlo, las protagonistas de esta historia en la que del escepticismo de los primeros instantes se ha pasado rápidamente a una felicidad multiplicada por tres.

«El primer impacto es muy fuerte y no te lo puedes creer, pero al final son tres alegrías», asegura la madre de las niñas. Según cuentan, Juan José fue el que más tardó en asimilar la noticia. «Habíamos ido a ver una primera ecografía y sólo se veía un óvulo fecundado, pero cuando volvimos dos semanas después yo veía tres-recuerda el padre-y el médico no nos decía nada, sólo miraba la pantalla y repetía continuamente, ¡qué barbaridad!, ¡qué barbaridad!». Cuando finalmente el doctor dijo la frase en cuestión, 'son tres', comenzó el proceso de asimilación. Porque en el caso de esta pareja nada hacía sospechar ese triple gestación, ya que en ninguna de las familias se había dado nunca un caso similar ni Ana se había sometido a un proceso de fertilización.

La nueva familia numerosa acaba de llegar a Eivissa tras trasladarse a Palma para el parto. El parto sólo se adelantó un par de semanas, aunque Ana recuerda que tuvo que pasar cuatro meses en reposo. María y Victoria pasaron 10 días en la incubadora y Lucía, la más pequeña tanto por tamaño como por nacer la última, estuvo un día en la UCI y 24 días en la incubadora.

Ana comenta que ella ha contado con una pequeña ventaja. «Tengo una amiga que también tuvo trillizas recientemente y eso me ha servido para quitarme el miedo a cuidarlos. Me puede orientar y siempre podemos intercambiar dudas y experiencias», apunta. También la familia en estos casos resulta un apoyo muy importante. Durante el transcurso de la entrevista se marchó una de las recién estrenadas abuelas y llegó la otra. Además, Juan José y Ana cuentan con una chica que les ayude con el trabajo. «Con dos te puedes apañar pero con tres es muy difícil. Cuando acabas de hacer cualquier cosa con la última, ya hay que empezar de nuevo con la primera», afirma el padre con buen humor. A pesar del apoyo, estos padres primerizos ya se han acostumbrado a dormir poco. «Comen cada tres horas y con lo que tardas con cada una se te acaba juntando todo», explica Ana.

Sara Yturriaga