En Balears existen alrededor de 1.300 artesanos que están acreditados como tales por el Govern balear y que han realizado un examen que certifica su buen hacer en el oficio. Hace pocos días, el conseller balear de Comerç, Indústria i Energia, Josep Juan Cardona, entregaba doce de estos títulos a algunos profesionales de las Pitiüses. En la lista había bisuteros, escultores o ceramistas que, además de pasar un examen práctico, han tenido que demostrar que llevan años de dedicación al arte.

Es el caso de Pedro Abril, que ha obtenido en esta última remesa su carta de artesano por su oficio de escultor. Aunque lleva 20 años dedicándose a ello, es ahora cuando se ha decidido a dar este paso con el fin de poder acreditar su valía. «Esperaba que me sirviera para no tener que llevar siempre encima mis creaciones, pero por ahora sólo me han hecho descuentos al comprar determinados materiales», explica Abril, que ha participado en múltiples ferias de artesanía de la isla. Una de sus bazas es la de contar con un puesto de juguetes de madera en la fiesta medieval, en la que ha participado desde sus inicios. Para Abril, que también fabrica muebles para poder vivir, habría que potenciar más el tema de la artesanía en Eivissa, ya que ayuda a dar una imagen positiva de la isla.

También se queja de falta de apoyo Gerardo Baravalle, bisutero y grabador, que el otro día recibió el título de bisutero, pese a llevar en el oficio desde el 79. «Está complicado en Eivissa, porque si creas algo y funciona, enseguida te lo copian y se lo llevan a Asia para fabricarlo con unos costes muy inferiores», critica Baravalle, que añade que hace años no se notaba tanto, pero ahora con internet, en poco tiempo se pueden copiar diseños. «Estamos en tiempos duros para los artesanos», explica este profesional, que ahora suele vender durante el verano en los puestos de Ses Figueretes. Ultimamente se dedica a fabricar pulseras de plata y de bronce, algunas muy exclusivas y caras, que suele crear sobre todo para profesionales de la noche, como los go-gós. Pero sabe hacer muchas más cosas, por ejemplo artículos de decoración.

Otro de los artesanos que obtuvieron un título, en este caso de maestro, es Óscar Gutiérrez. Es escultor, aunque oficialmente su carta pone que es figurero. «Hago figuras de bronce, piedra, hierro y cerámica», explica Gutiérrez, que por ahora no le ha visto ninguna ventaja al título, porque se dedica sobre todo a hacer exposiciones y a vender a clientes de todo el mundo. Ahora vive a caballo entre Catalunya y Eivissa y en los últimos tiempos ha llevado su obra a Estados Unidos y a varios países europeos. Aunque en verano su cuartel general suele estar en la isla. Claudia Roig