Comprar compulsivamente no me va a dar aquello que ando buscando: la felicidad», asegura Rakasa Lucero, psicóloga, terapeuta y entrenadora personal. Según explica, la sensación general que invade a la gente por estas fechas post navideñas y, por lo general, durante todo el año es la falta de dinero: «La gente piensa que no llega a final de mes, que no tendrá para pagar la hipoteca, pero en el armario no tiene un par de zapatos sino veinte». Y añade: «Uno de los ejercicios que siempre propongo en mis talleres es visitar la casa de cualquier alumno y comprobar cuánta comida en latas tiene que acabará tirando a la basura porque caducará, cuántos botes de champú, cuántas cremas y cuánta comida que no se comerá». Así, este deseo por poseer muchos artículos diferentes puede tener efectos muy negativos porque malgastar el dinero nos puede abocar a una sensación grande de angustia porque luego nos faltará para algo que realmente necesitamos, como carne o verduras». En palabras de la psicóloga, este ansia por comprar se debe en buena parte a los comercios: «Los productos de primera necesidad se encuentran al final del supermercado y por el pasillo te quieren enamorar con cremas, productos de alimentación que no son de primera necesidad para hacerte creer que si los compras serás feliz cuando eso es totalmente falso; lo único que conseguimos es acumular cosas innecesarias con el esfuerzo y el tiempo que hemos invertido en sacar adelante nuestro trabajo». La experta asegura que muchas de las personas que acuden a sus talleres reconocen que malgastan el dinero y se sienten mal: «Tenemos que recuperar el espíritu de reflexión y aprender a conocer nuestro interior porque es lo que realmente nos hará felices».

María José Real