Los dos imputados junto a su abogada y otros consellers ayer en los Juzgados. | MARCO TORRES

El presidente del Consell de Formentera, Jaume Ferrer, y la consellera de Medi Ambient de la Pitiusa Menor, Silvia Tur, declararon ayer en los juzgados por querella por coacciones que interpuso contra ellos el empresario italiano Fabio Covizzi. El motivo es que no se le permitió la apertura de dos kioscos de playa en Migjorn, Blanco y Giallo, cuando él aún tenía vigente la concesión ya que se hacen por un periodo plurianual.
La comparecencia en los juzgados estaba prevista a las diez de la mañana pero según explicó Jaume Ferrer, no fue hasta prácticamente las once que comenzó el acto judicial ya que hubo retrasos considerables. Para Ferrer lo más importante es que «por el momento desconocemos el contenido de la grabación que figura como prueba aportada por la parte contraria, la parte demandante».
El presidente del Consell de Formentera indicó que la grabación sí ha sido presentada en el juzgado, pero «hasta que la secretaria judicial no compruebe que la transcripción presentada por el demandante se ajusta a la grabación y nos la haga llegar, seguimos sin saber los motivos por los que se nos acusa».
En consecuencia, Ferrer y Tur siguen imputados en un proceso que ayer fue «corto, muy corto, apenas tuvimos que declarar un cuarto de ahora cada uno de nosotros, nos hicieron muchas preguntas, breves, concisas y generales que se centraban básicamente en el proceso administrativo y en la tramitación de las concesiones temporales de playa», señalando que «estamos muy tranquilos al respecto y lo único que queremos es que el proceso finalice lo más pronto posible y por eso colaboraremos en todo lo que podamos para acabar con esto».
La abogada de Ferrer y Tur, Ascensión Joaniquet, intentó que el caso pasara de la vía penal a la civil pero la jueza, que no es la misma que obró al inició del procedimiento, no lo consideró oportuno y denegó el recurso presentado por la letrada de ambos políticos.